La nueva sangre azul

Roberto García

roberto.comunic@gmail.com

Firme, ataviado con una bufanda del Club Sport Cartaginés, un patriarca impone su presencia en el claroscuro de su habitación. La magnífica fotografía de Gabriela Téllez, en la última edición de la Revista Dominical, es el vivo retrato del referente, símbolo de la devoción que los viejos robles de la noble y leal ciudad de Cartago profesan a su equipo de fútbol de la Primera.

Adusto y retador, Jorge Luis Villanueva Badilla mira hacia la cámara. Con su recia personalidad, el veterano exige la participación y el compromiso de nuevos valores que impulsen la causa brumosa, una misión que este zorro del fútbol y de la política nacional ha cumplido con creces.

La nueva hornada de jóvenes dirigentes que recién ganó la elección en la última asamblea de los centenarios, ha tomado la estafeta del entrañable viejo de las leyendas. De oídas, supe que a estos muchachos les llaman la generación del 87, en alusión al dardo impecable que José Chan ensartó en las redes del Herediano en la final de ese año y que, insólitamente, invalidó el árbitro ante las pupilas brillosas de los debutantes del trágico sino, con sus rostros desdibujados contra las mallas.

Son profesionales de avanzada. Y a juzgar por los primeros pasos, los chavalos del 87 parecen dispuestos a desterrar las luchas intestinas que, por...

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