OCDE, una oportunidad

La pretensión de adherirse a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) abre oportunidades de modernización para las políticas públicas y podría constituir un espacio para orientar los mecanismos de decisión colectiva, atascados desde hace varias décadas -pareciera sin consciencia clara de los diferentes actores políticos- en la redefinición del modelo de desarrollo del país, en especial, en lo que atañe al papel complementario del mercado y del Estado, en el crecimiento y la distribución.

La visión de la OCDE de la acción gubernamental como una herramienta que apoya y corrige los resultados no deseados o las imperfecciones de los mercados, sin pretender sustituirlos, podría constituir, si se sabe aprovechar, una oportunidad para compatibilizar los procesos de reforma económica iniciados en el contexto de la crisis de los ochenta -indudablemente exitosos, mas no suficientes- con las demandas de muchos sectores en torno a la construcción de un marco amplio de bienestar y, sobre todo de acceso equitativo a las oportunidades.

Sería refrescante para el país que muchas de las recomendaciones de la OCDE constituyeran hilos conductores de la acción gubernamental. Primero, entendiendo que en su construcción, la improvisación y la casuística lo único que promueven es, en el mejor de los casos, que las acciones...

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