Odsgd sdsdg sdg ssd gsdgsd g

José David Guevara

Periodista jguevara@nacion.com

Con Alejandro, le di mis primeras patadas a una bola de hule, en la hoy desaparecida plaza que estaba ubicada entre el Cine Chassoul y la iglesia El Tremedal, en San Ramón de Alajuela.

También nos divertimos mucho con el futbolín que tía Ester nos regaló para una Navidad; a veces ganaba él, a veces ganaba yo, y en varias ocasiones, mi padre o mi madre hacían de árbitros ante una jugada antirreglamentaria.

No solo eso. Juntos estrenamos, en una plaza situada frente a un aserradero en Liberia, Guanacaste, el primer balón de cuero que tuvimos, obsequio de tío Orlando. Jugábamos con zapatillas, tenis o botas, pues no teníamos tacos. Después, en casa, nos esperaba una refrescante limonada preparada por mi madre.

Con él vi también, en un televisor nuevo con pantalla en blanco y negro, los dos partidos que Saprissa jugó contra el Santos de Brasil, con Pelé incluido, en 1972; ambos juegos en el viejo Estadio Nacional. El primero fue el 2 de febrero, con empate 1-1, y el segundo el 18 del mismo mes, con triunfo de los brasileños 5-3.

Alejandro estuvo presente en la plaza de Curridabat la mañana del 25 de diciembre de 1972, cuando estrené el uniforme y la bola morado y blanco que me regalaron mis padres para esa Navidad.

Aún hay más: ¡las sudadas que nos pegamos mejengueando en el patio grande de la casa, en San Pedro de Montes de Oca, en las cuales los queridos y recordados perros Posío, Pimienta y Keysi corrían detrás de la redonda!

...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR