Opinión: Lo que la bola me sopla

Amado Hidalgo

hidalgo.amado36@gmail.com

Si mi bola de cristal no falla, Saprissa será campeón este jueves. He de advertir, eso sí, que por estos días el tiempo, los rayos y hasta las malas vibras que se desatan en los estadios, no ayudan mucho en el arte de la adivinanza. Hay mucha interferencia. Y, además, las bolas ahora las hacen de mala calidad. ¡Cristal paqueteado!

Y si es así y mi lectora del futuro tiene dañada la tarjeta madre, entonces habrá final. En ese caso, no puedo ni debo confiar en la adivinanza. Tendré que hacer uso de la lógica, la experiencia, la matemática, el raciocinio y todo aquello que me pueda ayudar a vaticinar el resultado de la serie.

Mi pronóstico, en caso de que haya final, es que Heredia será el campeón. Al primer juego irá con la moral al tope, luego de pasar sin fracturas mañana por la Cueva. Iniciará en su casa, en el fortín herediano, donde el espíritu guerrero de su técnico, la vocación ofensiva del equipo y ese vendaval de alientos que baja de las gradas, lo han vuelto inexpugnable.

Lo de Saprissa es ahora o nunca. Tiene los méritos en su expediente de Invierno, pese a las tortas arbitrales que han sumado en el cómputo de los puntos. Pero no es su responsabilidad. Hasta hoy es el equipo más regular, el de más equilibrio en su juego, de más puntos acumulados, el que mejor cierra los partidos.

Pero si Watson no gana en su casa, el factor sicológico y el buen momento engrosaran la cuenta...

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