Opinión: Una cámara dentro del cerebro

José David Guevara

jguevara@elfinancierocr.com

Lo dijo el exguardameta español, Francisco Buyo Sánchez, hace exactamente 17 años, tres meses y tres días: 'Me gustaría que alguien metiera una cámara en el cerebro del portero, para que los espectadores se empapen de la soledad que se siente ahí metido'.

Me reencontré con esa declaración de quien era conocido como Paco y El gato de Betanzos (ciudad del municipio de La Coruña, Galicia) en la edición N.° 1.236 de la revista El País Semanal , publicada el domingo 4 de junio del año 2000 por el periódico El País, de España.

Luego de leer esas palabras pensé en que quizá algún día no muy lejano se haga realidad el deseo de Buyo, quien se retiró de las canchas en 1997, jugando con el Real Madrid; previamente, fue el cancerbero del Sevilla Fútbol Club.

A mí también me gustaría que eso sucediera, no solo para que los aficionados tengamos una idea clara acerca de la soledad de los arqueros sino también para que comprendamos mejor lo que esos futbolistas experimentan cuando pasan de héroes a villanos en cuestión de pocos minutos, la defensa no los asiste oportunamente y la delantera contraria los fusila, cometen 'bomberazos' (salidas en falso) o les anotan un gol malo, sin gracia, de esos que dan pena.

Sería interesante, además, saber qué piensan realmente (no lo que declaran ante cámaras y micrófonos) cuando un árbitro da por válido un gol que debió ser anulado, se miran cara a...

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