Opinión: Durmiendo con el enemigo II

Amado Hidalgo

hidalgo.amado36@gmail.com

Según ha confesado de última hora Rodolfo Villalobos, no cree que Eduardo Li haya actuado solo o al menos que otra persona allegada, a quien se refiere como 'su hombre de confianza', no supiera lo que estaba haciendo. ¿Ha dormido entonces el presidente de la Fedefútbol con el enemigo en casa?

Si ese confidente o mano derecha de Li era un funcionario o dirigente de la Federación y aún está allí, entonces el reproche a todos los miembros del anterior comité ejecutivo debe ser mayor. Porque una cosa es que el expresidente haya actuado en la clandestinidad, utilizando los 'súper poderes' que le concedieron, y algo diferente es que dos fueron los involucrados y que, ni uno ni otro, despertaran sospechas en el comité.

Dice Villalobos que ya no cree en nadie. Y acotó que se han hecho cambios en la Fedefútbol para erradicar ese libertinaje con el que se desempeñaba el anterior presidente. ¡Sincera pero grave afirmación! Un mea culpa para quienes, como él, permitieron en su momento que un solo hombre (quizá dos), haya engrosado su billetera y enlodado al fútbol tico.

Peligroso porque si ese enemigo íntimo (amigo de Li) va y viene por los pasillos de la Fedefútbol, las posibles evidencias de su participación y de otros probables actos podrían haber desaparecido o estar en riesgo de extinción. Lástima que hasta ahora, posiblemente por su exceso de buena fe y de una confianza que no le hace bien al cargo que antes detentó (de tesorero), don Rodolfo se puso a desconfiar. Sus argumentos para justificar la falta de dudas en aquella época corresponden al perfil de un dirigente seducido por la personalidad del otrora mandamás, o bien en extremo confiado...

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