Opinión: ¿Graduarse de técnico o de bufón?

Amado Hidalgo

hidalgo.amado36@gmail.com

Wálter Centeno Corea fue un gran futbolista. La estampa de engreído y desafiante, dentro de la cancha, fue casi que un plus en su carrera. Una forma de decir al adversario: '¡Aquí estoy!¡Nadie me va a pasar por encima! La soberbia como un condimento de calidad futbolera.

Esa actitud habría jugado en su contra sin el éxito. A un 'don nadie' no se le permite ser un 'juega de vivo'. Pero en el fútbol, la música, el cine y hasta la política, se les tolera mientras ganen. Maradona, Mourinho, Ibrahimovic y Cristiano Ronaldo lo saben.

Eso sí, cuando llegan las vacas flacas, vienen todas las facturas acumuladas. Entrar en ese juego es peligroso, porque se ganan detractores por montón y, los seguidores solo duran hasta que los flashes se mantengan encendidos.

En la incipiente carrera de técnico, Centeno está jugando con fuego. Lo primero que debe hacer es quitarse 'los tacos', borrar el chip de jugador y entender que ya no es la estrella rutilante de hasta hace poco. Puede volver a serlo, pero hoy apenas es un D. T. novato, que ascendió a un equipo con mucho mérito, y que tiene que 'comer banquillo' para algún día, avalado por los triunfos, sentirse de nuevo 'doña toda'.

'Cuando fui jugador, la Liga me metió 4 a 1, pero yo les pegué un baile'. Una frase para desmenuzar al técnico de Grecia. Habría que decirle que el fútbol es un juego colectivo y no creo que, en aquella ocasión, ni su entrenador, ni sus compañeros, y menos su afición se hayan marchado contentos. Aunque él estuviese muy satisfecho de su noche.

Ponerse de ejemplo, no es un buen ejemplo. Y menos vender la idea de que, para un futbolista, es más importante lo personal que la victoria del equipo. Ni los...

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