Opinión: ¡Qué lloradera, don Hernán Medford!

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

'¡Me quitaron el primer lugar descaradamente!', clama, impreca, gime y denuncia un soliviantado Hernán Medford, después del partido contra la UCR, donde, por primera vez en la historia del fútbol ?tal parece? se cometió la iniquidad, la monstruosidad, la infamia, la violación a los derechos humanos consistente en validar un gol anotado en posición antirreglamentaria.

En primer lugar, no le quitaron el primer lugar 'a él'. Se lo quitaron al equipo: un organismo complejo del cual él no es sino una parte. Una parte que ni siquiera es ?añadiría yo? la más importante de la organización. Si en efecto existiese una conspiración, esta tendría por blanco al Team , no a la persona de don Hernán. La 'egotización' del fracaso es una práctica perjudicial para todo equipo.

En segundo lugar, urge comprender que el error es constitutivo del fútbol. Es constitutivo del quehacer humano. ¡Es constitutivo de la vida! Todo equipo debe contar con la variable 'error arbitral'. Preverla, presupuestarla, aun más: 'entrenarla', tanto técnica como psicológicamente. Un buen cuadro ha de tener recursos, repertorio para sobreponerse al error arbitral.

En la final del campeonato mundial 1966, el anfitrión, Inglaterra, llegó a la prórroga empatando a dos goles con Alemania. En la media hora que siguió, la Mannschaft encajó dos goles...

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