Oportunidades de superación para jóvenes de zonas rurales

Jordan David Cubillo Díaz, de 21 años, es vecino de Ticabán de Guápiles. Hace mes y medio empezó su formación en la Academia Nacional de Policía. 'Espero aprender cosas nuevas, sacar el mayor provecho a los instructores y actuar de la mejor manera para ser un policía completo', manifestó Cubillo a La Nación.

Para él, la experiencia ha sido buena, y las instalaciones donde se ha preparado, apropiadas. Incluso contó que en la Academia encontró a personas de su mismo barrio a quienes no conocía, pero afirma que ahora son como familia.

Según Cubillo, decidió formarse como policía porque siente que es una manera de aportarle al país.

También para Raquel Guillén Corea, de 25 años, llegar a ser policía es un sueño.

Vecina del barrio Las Palmas, en Upala, ella es madre soltera de un niño de cuatro años. Cada 15 o 22 días va a su hogar.

'Es difícil, pero es parte de los sacrificios que uno tiene que hacer para buscar progreso y un mejor futuro', señaló la joven.

Cuando tiene algún rato libre, se comunica con su hijo por teléfono o videollamadas. El pequeño se encuentra bajo el cuidado de la mamá de ella.

Guillén estudió en la Escuela Teodoro Michalski y en el Colegio Técnico Profesional de Upala. Luego trabajó en servicio al cliente y como analista y cobradora de crédito, hasta que en su familia hablaron sobre la...

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