Óscar Duarte, un peón silencioso que da grandes pasos

Óscar Duarte acostumbra a trabajar en silencio; el futbolista no alardea de sus logros y, por el contrario, siempre tuvo la costumbre de continuar su camino sin hacer ruido. Así dio el salto a Europa, se coló en un Mundial mayor y será oficializado en las próximas horas como jugador del Espanyol, de Barcelona.

La mamá del defensor, Walkiria Gaitán, asegura que desde pequeño, su hijo tiene esa forma de ser. Cuando departían en la escuela, la iglesia o en los momentos de recreo, Óscar hablaba poco, siempre se mantenía reservado.

Desde sus inicios, el costarricense aprendió que la paciencia debía ser una virtud, debido a que si no la tenía, su sueño de jugar al fútbol se podía esfumar.

'Recuerdo que en juveniles no dejaban inscribirlo porque (Jorge) Vergara tenía la política de no tener extranjeros (Duarte nació en Nicaragua), por lo que debía esperar a que salieran sus papeles de que era tico para ser tomado en cuenta. Pasó de dos a tres años sin jugar y solo entrenaba', contó Edson Soto, su entrenador en ligas menores.

Sin bajar la cabeza, Duarte volvió a tomar fuerzas, tragó grueso y se concentró en continuar su crecimiento en el Saprissa, equipo que en el 2008 ya lo había hecho debutar en la Primera División, pero no le daba la continuidad para consolidarse.

En el Invierno 2010, Duarte tuvo una temporada de ensueño con los chuchequeros. Los tibaseños le volvieron a poner atención y lo repatriaron, pero tardó dos torneos más en afianzarse.

'El préstamo no fue un castigo, se hizo para que se fuera a...

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