Pacientes luchan por abrirse campo en sociedad intolerante

'Es una enfermedad muy dura. Uno no solo tiene que luchar contra lo que está sintiendo o con sus ideas, también con gente que no lo entiende a uno o que cree que uno es inútil, que no puede trabajar o que no se esfuerza lo suficiente'.Las palabras de Nancy Muñoz describen el sentimiento de personas con esquizofrenia.'El Gobierno o las 'munis' tampoco nos ayudan mucho. Si hacen día del gallopinto o del arroz cantonés, ¿por qué no hacen días para contarle a la gente de nosotros y que vean que sí podemos trabajar?', añadió esta mujer quien desarrolló la enfermedad a los 26 años, cuando ya tenía su carrera universitaria.Hoy, Nancy es secretaria en la cooperativa de pacientes del Hospital Nacional Psiquiátrico, una iniciativa que se creó para que estos enfermos tuvieran opciones de formar miniempresas para así sostenerse económicamente.La cooperativa nació porque el caso de Muñoz no es el único. La Nación conversó con tres pacientes, ninguno de ellos está internado y su tratamiento bajo control los mantiene sin síntomas, pero todos están sin trabajo. La situación es tan difícil, que dejaron de buscar y crearon su cooperativa.'Hay gente que a veces miente en entrevistas de trabajo porque si dice que tiene un trastorno no lo contratan. Nosotros creamos la cooperativa porque merecemos un salario por lo que hacemos. Nuestro trabajo es bueno y merece ser vendido. Necesitamos ajustarnos a una vida normal', comentó Maribel Muñoz, presidenta de la cooperativa.Maribel no tiene esquizofrenia. Ella padece trastorno esquizoafectivo, una enfermedad que, según Muñoz, se diferencia de la esquizofrenia en que no tiene tanto relación con ideas o alucinaciones, sino más bien con...

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