Entre su padre, José Carlos Cancela y Amado Guevara pulieron la bazuca de Rándall Azofeifa

Antes de ejecutar el tiro libre, Rándall Azofeifa colocó el balón en el césped, tal como lo aprendió de José Carlos Cancela, cuando apenas era una promesa, en aquel lejano 2001.

Dos pasos hacia atrás bastaron para que su remate se introdujera en el ángulo, ante el insuficiente esfuerzo del buen arquero académico, Aarón Cruz.

El depurado cobro del volante al minuto 57 significó el inicio de la remontada florense.

La técnica de disparo la empezó a desarrollar cuando era solo un niño. A 20 metros de su casa, en la plaza de Jardines de Tibás, su padre, José Asdrúbal, tenía la paciencia de practicar los remates una y otra vez, hasta que el tiro fuera por dentro.

En esos primeros años disparaba a puerta de media distancia y con balón en movimiento.

Luego, cuando llegó al primer equipo de Saprissa, se encontró con dos especialistas: Pepe Cancela y Amadoel LoboGuevara.

Del charrúa entendió la importancia de ubicar bien el balón en el piso antes de realizar el disparo de táctica fija y la necesidad de calcular bien los pasos para medir el impulso previo al tiro.

El catracho lo sorprendía por su excelente técnica para colocar el balón como con la mano.

'La gente cree que la fuerza que lleva el remate es solo por la fuerza en las piernas, pero tiene mucho que ver con tener una buena técnica'...

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