El papel de la prensa

Amado Hidalgo

hidalgo.amado36@gmail.com

En la columna anterior me declaré sin fe en el proceso de Wanchope, en los dirigentes, los árbitros, el juego limpio y el fútbol en sí. Todo a raíz de la pasada Copa Oro. José Cabezas, abogado y columnista, me 'regañó' por olvidar a la prensa entre los motivos de mi escepticismo.

Y tiene razón. Con excepciones, es evidente una tendencia de los periodistas a 'acomodarse' a las circunstancias, a no confrontar. Lo critiqué en la era de Pinto: la mayoría lo adversaba al inicio, algunos se acomodaron en la eliminatoria y todos se subieron a la carroza en el Mundial. Quienes se montaron tenían todo el derecho, pero habría sido un gesto dignificante hacer un mea culpa , reconocer que se habían equivocado.

Pero apenas empezaron los balazos, en aquella conferencia sin control, casi todos los viejos detractores volvieron, cuestionando el carácter y no la condición de estratega. Validaron entonces teorías descabelladas: que lo logrado fue obra en el 90% de los jugadores, o que la causa del éxito fue la cantidad de 'europeos', o que la unión de todos contra Pinto tuvo un efecto positivo.

Buena parte de esa prensa ahora no se atreve a cuestionar a Wanchope. Y prefieren mantener, de nuevo, tesis ilógicas: como que lo único que le falta a Chope es un buen asistente...

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