Alza en patentes de licor desata cierre de negocios

Los nuevos cánones municipales para la venta de licor tienen a varias cámaras del sector privado enfrentadas con los gobiernos locales y a cientos de comerciantes mirando con aprehensión su columna de gastos.El punto de choque es la actualización de las patentes de venta de licor, basada, hasta hace menos de un año, en una ley de 1936.Tras el cambio, el pago subió de ¢1.200 anuales a montos hasta 1.250 veces mayores.Por ejemplo, los restaurantes que ofrecen licor como actividad secundaria pasaron hasta ¢379.000 trimestrales (¢1,5 millones al año). Las licoreras, hasta ¢780.000 (¢3,1 millones).Cientos de detallistas, restaurantes y empresas turísticas han solicitado revisar la ley por considerar los cobros excesivos.La Cámara de Comerciantes Detallistas (Canacodea), por ejemplo, reportó que 113 de sus afiliados habían tenido que salir del negocio y calcula que 7.000 serán afectados.También se ha dado el caso de patentados que devuelven las licencias por docenas, como en Cartago y Paraíso.'El sistema debiera ser que el que más vende, más pague. No pueden cobrarle lo mismo a un restaurante en Los Chiles que a uno en Escazú o en Lindora', afirmó Manuel López, de la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore).Como respuesta, la Canacodea, la Cacore y la Cámara de Patentados de Heredia trabajan en un proyecto de ley para que el cobro se haga proporcional a los ingresos por la venta de licor, tal como ocurre con las patentes comerciales.Municipios. La nueva ley delegó en las municipalidades reglamentar la venta de licor en cada cantón, lo que ha provocado condiciones heterogéneas entre municipios.Por ejemplo, el reglamento de Sarapiquí prohíbe...

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