Pescadores se convierten en vigilantes del manglar

Cuando Benigno Gómez no sale a pescar, pasa sus días recorriendo el manglar en un pequeño bote.'Si no lo cuidamos nosotros que somos de la comunidad, nadie lo va a cuidar', dijo con la certeza de saber una verdad.Él es uno de los 45 miembros de los comités de vigilancia que operan a voluntad en Garita Palmera, un manglar que se encuentra en la parte baja del río Paz, en El Salvador. Cuenta con un área de 200 hectáreas y seis comunidades aledañas se benefician de los crustáceos, moluscos y peces que les provee.'Si bien acá hay guardarrecursos, no vienen todos los días. Vienen una vez al mes porque les queda lejos', expresó Álvaro Orellana, uno de los vigilantes del manglar.Los vigilantes son principalmente pescadores que se distribuyen en turnos diarios de dos personas y patrullan unas 75 hectáreas. Durante los recorridos, colocan rótulos con información, conversan con la gente para sensibilizarla, limpian los canales y reforestan.'Si bien no tienen autoridad policial, en estos recorridos se aprovecha para ir sensibilizando al resto de la población', expuso Carlos Flores, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES) y consultor de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), organizaciones que los apoyan.Degradación. Los vigilantes trabajan en conjunto con los guardarrecursos de Barra de Santiago, un área protegida a cuatro kilómetros de Garita Palmera, y estos son el enlace con la Policía del Ambiente.En diciembre del 2012, los vigilantes y guardarrecursos interpusieron una denuncia por invasión de un cañal al área de manglar.Según Orellana, la presión en los límites es grande porque los finqueros quieren extender el área agrícola para cultivar caña de azúcar, plátano y maíz.Para Flores, ni siquiera es que el terreno sea apto para sembrar, pero -ante la indiferencia de las autoridades- el manglar es una oportunidad de tener 'tierra gratis'. Como consecuencia, se deforestan 50 hectáreas de mangle al año.Debido a la deforestación en la zona alta de la cuenca, ya no llega suficiente agua del río Paz al manglar. Ese poco ingreso de agua dulce aumenta la salinidad y el manglar no puede regenerarse.Además, al haber poca cobertura vegetal, se da la escorrentía que arrastra sedimentos que van depositándose en los canales y el manglar va secándose.Aparte, estos cultivos usan en exceso los recursos del suelo. 'Estamos hablando de caña de azúcar en un terreno que es un acuífero costero con pocas capacidades. La caña de azúcar ocupa mucha agua...

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