Las piezas para armar el rompecabezas del caso Yanber

Semana tras semana los medios de comunicación publican noticias sobre el caso Yanber, una historia que se empezó a tejer en el 2012 y que para marzo del 2018 ofrece su episodio más reciente: la detención de Samuel Yankelewitz, antiguo dueño de la fábrica de plásticos.

La reconstrucción de hechos pasa por capítulos vertiginosos como la crisis financiera de la compañía, la solicitud de un convenio preventivo para evitar la quiebra y las investigaciones abiertas en la Fiscalía y la Asamblea Legislativa.

En la actualidad hay cinco exejecutivos de Yanber detenidos por supuestos delitos de estafa contra la banca pública y privada del país por un monto de ¢13.723 millones.

Las comparecencias en la Comisión Investigadora de Créditos Bancarios sirven como vitrina para exponer una serie de presuntas anomalías que ocurrieron en el manejo financiero de la empresa para obtener préstamos.

Mientras todo esto sale a la luz, el nuevo propietario de Yanber, Francis Durman, trata de levantar el negocio y recuperar el principal activo que puede tener una empresa: la confianza.

El origen de la crisis

Antes de acogerse a un convenio preventivo de acreedores, en 2015, con el fin de evitar la quiebra y buscar una solución para pagar sus deudas, Yanber acarreaba un compendio de malas decisiones administrativas que la llevarían a enfrentar una crisis.

Las primeras señales de alerta se dieron en 2012. Un informe de la compañía puso al descubierto algunas técnicas como el uso de doble contabilidad, planilla oculta y facturación fantasma, entre otras anomalías, que desembocaron en el proceso concursal.

El auditor externo de la firma contratado por Durman, Ronald Artavia, reforzó la tesis expuesta por el informe de la gerencia de Yanber.

En una comparecencia ante los diputados, el pasado 22 de enero, Artavia dijo que Yanber reportó en sus estados financieros un total de $29,2 millones en exportaciones ficticias realizadas a la firma panameña Interplastic Industries Corporation.

Este monto se registró dentro de las cuentas por cobrar de la empresa y se utilizó para obtener créditos bancarios por $37 millones, principalmente de la banca privada.

Al manejo de sus finanzas maquilladas, se añaden una serie de problemas en gestión administrativa y financiera.

En 2013, la firma redujo los plazos de pago de los proveedores de materia prima y aumentó los periodos de cobro de los clientes, lo que ocasionó un descalce entre ingresos y deudas de corto plazo.

La crisis se...

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