Una era de Pinto sin él

No me importa si tiene buen o mal carácter, pero el futuro entrenador de la Selección Nacional debe seguir la línea de juego de Jorge Luis Pinto. Salvo que, con un estilo diferente, logre darnos mejores resultados que los del técnico colombiano.Lo mismo vale decir para Paulo César Wanchope, dure lo que dure su interinazgo. Con Pinto, Costa Rica parece haber reafirmado una vía que nos enseñó hace ya un cuarto de siglo otro extranjero: Bora. El serbio diseño un equipo para jugar al contragolpe, recargando el trabajo a una zona defensiva ordenada y apostando al contragolpe como arma para quebrar el dominio del adversario y herirlo en un descuido del rival.El técnico santafesino maximizó ese trabajo, orquestando la mejor propuesta defensiva que recuerda la historia de nuestro futbol, acompañada de un buen bloque para recuperar la pelota y de los hombres idóneos para llegar por la vía rápida al marco rival. Nada de un 10 intentando ser el eje del equipo, exponiéndolo a que si le amarran las alas al creativo nos quedemos sin vuelo en medio del naufragio.Ese 10, en vías de extinción a nivel mundial, no puede ser la obsesión de Wanchope ni del entrenador por venir. Más bien hay que reafirmar el estilo 'pintezco', para que el futbol de la Selección no vuelva a esas épocas de transiciones lentas al ataque, fastidiosos e improductivos 'chiqui- chiquis', y de jugadores que son doctos con la pelota en los pies pero parásitos cuando el rival la tiene.Si aparece un orquestador que además tenga espíritu de sacrificio, que sepa dar la pelota con precisión sin retenerla en...

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