La primera llamada de auxilio que salvó a decenas

La celebración de su cumpleaños número 41, junto con su esposa embarazada y su hijo de cinco años, se convirtió en minutos en una desgracia para el estadounidense -quien reside aquí- Aracelio García.

El agua empezó a inundar el barco en el que se dirigía con su familia y decenas de personas a pasar un día tranquilo en la isla Tortuga. 'Supuestamente, tenían las ventanas del cuarto de máquinas abiertas y como el agua estaba muy picada, empezó a entrar', declaró.

Mientras la embarcación se hundía, Aracelio pudo tomar su teléfono celular y pedir auxilio a un empleado, con quien labora en una marina.

'Le digo: '¡Pablo, necesito que llames a la marina y vengan todos los botes que puedan porque nos estamos hundiendo¡''.

Al otro lado de la línea, Pablo Sandino le pidió a su jefe que no bromeara, pero García le respondió: '¡No, la cosa es en serio!', y la llamada se cortó.

El capitán del barco, de apellido Tenorio, y la tripulación pidieron por primera vez a los pasajeros que se pusieran los chalecos salvavidas y que se movieran hacia la izquierda pues la nave se hundía hacia el costado derecho.

La imagen quedó grabada en la memoria de Tatiana López, la esposa de García.

'Fue inmediato, el bote se viró. A algunos nos dio tiempo de ponernos los chalecos, pero a otros no', recordó ella.

Luego, los tripulantes dieron la indicación de que mujeres y niños subieran a las balsas.

García seguía tratando de poner a salvo a su familia.

'Yo no pude ponerme un life jacket (chaleco). Lo tenía agarrado a él (al hijo) y a la señora mía. También tenía a un niño en el hombro que estaba perdido llamando a la mamá. Logré ponerlos en la balsa y yo me quedé guindando...

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