PROYECTO DE LEY LEY MARCO PARA PREVENIR Y ATENDER LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA ALIMENTARIA (TCA)

Fecha de publicación29 Mayo 2023
Número de registroIN2023764731
EmisorPoder Legislativo

PROYECTO DE LEY

LEY MARCO PARA PREVENIR Y ATENDER

LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA

ALIMENTARIA (TCA)

Expediente N.º 23.718

ASAMBLEA LEGISLATIVA:

Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) son una de las enfermedades mentales más invisibilizadas, estigmatizadas e incomprendidas. Los TCA se definen como un “grupo de afecciones en las cuales las creencias negativas sobre la comida, la forma y el peso corporal se acompañan de conductas que incluyen restricción de la ingesta, atracones, realización excesiva de ejercicio, provocación del vómito y uso de laxantes”.[1]

Los TCA se caracterizan por presentar comportamientos fuera de lo normal con respecto a la alimentación; estos suelen aparecer en la adolescencia[2] y prolongarse, en algunos casos, por el resto de la vida. Estos repercuten tanto en la salud mental como en la salud física. Dentro de las manifestaciones más comunes de los TCA, se encuentran: la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa, la pica, el trastorno por atracón y la rumiación.

Según datos del Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica, alrededor de 70 millones en el mundo padece algún TCA. Entre el 0,3% y un 1% de las mujeres jóvenes tiene anorexia, del 1 al 3% tiene bulimia y cerca del 3% de la población tiene atracón.[3]

Datos de la Clínica de Adolescentes del Hospital Nacional de Niños indican que entre el periodo del 1 de setiembre del 2022 al 16 de enero del 2023 se reportaron 33 casos nuevos de pacientes con TCA.[4] A pesar del aumento, aún existen una serie de estigmatización alrededor de las personas con TCA. Por ejemplo, la Encuesta Actualidades de la Universidad de Costa Rica (UCR) realizó un estudio desde la Escuela de Estadística donde se visualizó que los costarricenses no creen en los TCA. El 46,1% de las personas encuestas dijeron estar a favor del enunciado: “los desórdenes alimenticios son por pura vanidad” y el 38,3%, indicó que el “quien tiene un desorden alimenticio es para llamar la atención”.[5]

Además, se debe de tener en cuenta que los TCA son una de las enfermedades mentales con mayor índice de mortalidad. Según estudios, una de cada cinco personas que padece de TCA muere por suicidio, mientras que las otras cuatro muertes se deben a las múltiples secuelas que producen los TCA.[6] Como indica el Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica, al padecer TCA “el riesgo de muerte es tres veces mayor que en la depresión, esquizofrenia o alcoholismo y 12 veces mayor que en la población general”.[7]

Asimismo, dentro de las consecuencias físicas como mentales se destacan en las secuelas mentales los “trastornos del ánimo y de ansiedad, los trastornos obsesivos-compulsivos, la fobia social, el déficit de atención/hiperactividad, el trastorno negativista desafiante, el abuso de sustancias y el consumo de alcohol”,[8] solo por mencionar algunas. En cuanto a las secuelas físicas, la nutricionista Daniela Astorga, menciona: la “fatiga, lesiones musculo-esqueléticas, desequilibrio de los electrolitos, arritmias cardiacas, así como un balance nutricional negativo, el cual a su vez provoca debilidad, estreñimiento, piel áspera y seca, edemas, mareos por la presión arterial disminuida y recuperación lenta después de una lesión. Específicamente, trastornos como la bulimia, provocan lesiones dérmicas de la mano por autoinducción del vómito, hipertrofia de las glándulas salivales causadas por los vómitos, alteraciones bucales y dentales por los ácidos gástricos, debilidad muscular y trastornos gastrointestinales, endocrinos, cardiovasculares y metabólicos la desnutrición, la diabetes, el sobrepeso, la pérdida de cabello y/o dientes, la disminución o anulación de las menstruaciones, los problemas de sueño, atención y concentración, la osteoporosis y hasta la muerte”.[9]

Es importante notar que, si bien los TCA se han considerado problemas nutricionales sobre la percepción incorrecta del peso y de la imagen, lo cierto es que cuentan con un origen de características psicológicas. Los TCA, además, se suelen caracterizar por estar vinculados con otros trastornos mentales, lo que puede generar problemas a la hora de abordarlo y en el tratamiento. Se vincula a la ansiedad, la depresión, déficit atencional, entre otras.[10] Esto se debe a múltiples factores, por ende, los TCA se deben abordar de una manera integral e interdisciplinario por distintas instituciones y profesionales especializados en el tema. Una de las herramientas más poderosas con la que se puede abarcar el problema es la educación. Por medio de la educación se puede orientar tanto a la niñez como a los padres para que adquieran herramientas emocionales, psicológicas, relacionales y nutricionales para afrontar los TCA, de cara a una realidad que golpea en la salud de la niñez y la adolescencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que los trastornos de la conducta alimentaria tienen una mortalidad superior que cualquier otro trastorno mental.[11]

Los Trastornos de la Conducta Alimentaria no hacen distinción entre clases sociales, niveles educativos o género, pero sí se encuentran enfocados en la población adolescente y en las mujeres. Según estudios recientes sobre el uso de las redes sociales y el impacto en los TCA en jóvenes, se indica que “existe una relación significativa inversa entre la edad y el riesgo de padecer TCA en jóvenes;”[12] además, “existe una relación significativa directa entre la frecuencia de uso de redes sociales y el riesgo de padecer TCA”.[13] En cuanto a la población joven transgénero, se debe tener en cuenta que un aspecto central debe ser la atención psicológica en cuanto a la insatisfacción corporal. Esto sucede mayoritariamente en los hombres transgénero “lo que puede estar relacionado al sexo asignado al nacer asociado a estereotipos sociales occidentales de belleza”.[14] Es por ello que se debe abordar de manera integral y temprana en las conductas que pueden conducir a desarrollar un TCA.

Por último, la tasa de obesidad y sobrepeso en el país sigue en aumento, como lo menciona el informe de Vigilancia Alimentaria Nutricional, realizada por el Ministerio de Salud de Costa Rica, indica que “el sobrepeso y la obesidad han alcanzado más del 60% de la población adulta y un tercio de los niños mayores de seis años ya sufre este problema”.[15] La obesidad en el país representa un serio problema de salud pública debido a las implicaciones y costos que representa en el sistema de salud costarricense.[16] Lo cierto es que legislar en TCA y en obesidad son esfuerzos complementarios.

Por lo tanto, este proyecto pretende visibilizar la problemática y las causas de los trastornos de la conducta alimentaria. Esta propuesta estará otorgando herramientas al ente rector para su planteamiento efectivo. Igualmente, define una serie de responsabilidades y lineamientos para una coordinación interinstitucional que permita un abordaje integral de los trastornos de la conducta alimentaria y los desórdenes alimentarios.

Por las razones expuestas, se somete a consideración del Poder Legislativo de la República de Costa Rica la presente iniciativa.

LA ASAMBLEA LEGISLATIVA

DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA

DECRETA:

LEY MARCO PARA PREVENIR Y ATENDER

LOS TRASTORNOS DE CONDUCTA

ALIMENTARIA (TCA)

CAPÍTULO I

DISPOSICIONES GENERALES

ARTÍCULO 1- La presente ley tiene por objeto:

a) Facilitar un marco jurídico que permita desarrollar los mecanismos y las herramientas necesarias para prevenir, reducir factores de riesgo y atender integralmente los trastornos de la conducta alimentaria, así como para promover en sus habitantes la adopción de hábitos de alimentación y nutricionales correctos.

b) Establecer el derecho a una...

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