Pueblo que quedó aislado todavía sigue sin telefonía

Durante seis días, los vecinos de Cuipilapa, poblado que está unos ocho kilómetros al este de La Fortuna, en Bagaces, estuvieron aislados de otros pueblos debido a los daños causados por el huracán Otto. Y aunque ya pasaron los momentos más críticos, siguen aún sin servicio de telefonía fija.

Las autoridades debieron acudir al dueño de una finca privada para abrir un camino provisional, ya que el puente colapsó y la calle vieja quedó llena de troncos.

Unas 22 familias viven en ese antiguo poblado donde a la escuela van solo nueve niños. En la ermita, que está muy bien cuidada y es patrimonio arquitectónico, solo se celebra misa cada 15 días.

Allí no hay líneas de buses ni pulperías; los jóvenes han emigrado porque, salvo la agricultura, no hay fuentes de trabajo.

Lizbeth Moreno, vecina con 29 años de vivir ahí, recordó cuán tristes fueron los días posteriores al huracán. 'Había vivido algunas inundaciones antes, pero nada como esto', dijo.

Toda la noche. José López, un nicaragüense de 24 años, acostumbra desde hace ocho años viajar por temporadas a la finca de Wálter...

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