¿Puede Costa Rica convertirse en un polo de innovación?

LizetteBrenes

Recientemente se publicó el ranking de competitividad del Foro Económico Mundial (2017). Costa Rica mejoró su posición, pues pasó a ser la número 47 de 137 economías; la mejor posición que ha alcanzado en esta década.

Por otro lado, en el ranking global de innovación (Cornell, Insead, WIPO, 2017) el país está en el lugar 53 de 127 economías. En ambas mediciones, con metodologías diferentes, Costa Rica ocupa el segundo lugar de Latinoamérica. Si se profundiza en el análisis del desempeño del país, se puede concluir que la innovación es su fortaleza más débil y su debilidad más fuerte.

Una economía pequeña y abierta, en la que coexisten el crecimiento económico y la desigualdad, requiere una estrategia aguda y de largo plazo. Una estrategia apoyada en sus fortalezas y su potencial. El país no podría competir por volumen o costo bajo, el camino estratégico parece ser el valor agregado, innovación y la sofisticación de negocios,

La Comunidad Europea ha impulsado con éxito la especialización inteligente. Se trata de una estrategia que se apoya en la innovación y promueve que los territorios se enfoquen en sus fortalezas y su proyección internacional.

La especialización inteligente favorece la articulación de los actores: Gobierno, academia, empresa y sociedad civil; el desarrollo de emprendimientos innovadores; el crecimiento de empleo de calidad y la transferencia de conocimiento local.

Costa Rica puede aspirar a constituirse en un polo de innovación regional; todo comienza por aprovechar características como: capacidades humanas, sistemas de salud y de educación...

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