Pulperos ponían presidentes en albores del siglo pasado

Antes de las encuestas, de las giras de los candidatos y de las redes sociales, cuando no había computadoras y era impensable un voto a distancia como ahora, los procesos electorales tenían un singular protagonista que, con el paso de los años, se volvió un referente histórico y que ahora está en peligro de extinción:el pulpero.

Resulta que antes de 1913, fecha en que se estableció el voto directo en Costa Rica, el sistema electoral era de dos vueltas; es decir, había una primera ronda en la que los ciudadanos escogían electores, y una segunda, en la que estos elegían al presidente de la República, a los diputados y a los regidores municipales.

No era cualquiera quien podía ser elector de segundo grado. Se debía cumplir una serie de requisitos, establecidos en la Constitución Política de 1871, como por ejemplo: tener 21 años cumplidos, saber leer y escribir, y ser propietario de al menos 500 pesos o tener un ingreso anual de 200.

Así lo relata el historiador Iván Molina, quien señala que debido a tales condiciones algunos investigadores sostienen que los puestos de electores fueron concentrados por la oligarquía cafetalera; sin embargo, aclara que en realidad estos los conformaban pequeños comerciantes, patronos artesanos y dueños de modestos locales comerciales, en particular, pulperías.

Lo anterior, explica Molina, obedeció a que desde inicios de la década de 1870 los salarios mensuales de los peones agrícolas fluctuaban entre 25 y 30 pesos y a que la expansión educativa ocurrida en el último tercio del siglo XIX permitió que más personas de diversas condiciones sociales, aprendieron a leer y a escribir.

'Hay una imagen tradicional del oligarca obligando a sus peones a hacer lo que él mandaba, a votar por ellos, pero la composición del electorado de segundo grado era bastante democrática', indicó.

El pulpero, por ejemplo, era una persona respetada, educada; además, debido a su constante contacto con la gente, se volvió un conocedor de problemas, a los que, a menudo, les planteaba soluciones.

El filósofo Constantino Láscaris, fallecido en 1979, habla en su libro El Costarricense de la importancia que tenían las pulperías, pues allí era donde las personas conversaban, contaban chistes y 'arreglaban el mundo'.

El cambio. Tras la reforma electoral de 1913, impulsada por el...

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