'Mejor quedarse calladito y hacer cosas que se defiendan solas'

Él reconoce que no es un santo -ni quiere quedar como tal-, pero no disimula ni un poco que es un optimista incansable.Su nombre esBenjamín García SaxeBenjamín García Saxe y es arquitecto. Estudió en la Universidad Véritas y vive en Londres. Dice estar comenzando su carrera, pero a sus 31 años ya es parte de uno de los entornos de arquitectura más reconocidos del mundo: el británicoRogers Stirk Harbour+Partners.Entre las 'perlas' de su currículo destaca ser parte del equipo de diseño de proyectos como la Torre 3 de la zona cero en Nueva York (en construcción), una serie de rascacielos en Shanghái (de 50 pisos cada uno y con capacidad para miles de personas) y hasta una residencia en Montecarlo para el príncipe de Mónaco.Además, en el 2010 ganó el premio 'A la Mejor Casa del Mundo' en elWorld Architecture Festival 2010,por una casa de bambú hecha a su madre en Avellanas.¿Cree usted que los arquitectos son un lujo de la sociedad?Creo que en la actualidad hay una mala concepción del arquitecto y su función. Pienso que es precisamente por eso que algunos los consideran como un lujo y que este pensar hace que nuestras ciudades no estén mejor.¿Y qué sería mejor?Espacios mejor concebidos. Más luz y ventilación natural. Más espacio, más humanidad. Lo que pasa es otra cosa. Por ejemplo, mucha gente prefiere un hogar más grande de lo que pueden financiar -pero que refleje el estatus que cree que tiene- a hacer algo bien hecho. No se dan cuenta de que el gasto por algo bien hecho hasta podría ser el mismo, pero que la calidad de vida que pueden lograr allí sería superior.¿Un espacio con calidad de vida es el producto de lo que se llama la arquitectura sostenible?Es difícil darle un nombre. La arquitectura es buena o mala, creo yo. Toda la buena arquitectura es sostenible. No hay más.Pero su obra ha sido halagada justo con ese adjetivo, ¿no?Yo no dije nunca que lo que yo hago sea arquitectura sostenible.Entonces, ¿como la define?No me gusta etiquetarme; prefiero que las obras hablen por sí mismas y así se me califique. Lo que intento es que mis obras permitan una buena comunicación de las personas con el ambiente.'Toda la gente añora una realidad diferente. Salirse de la rutina y ser más feliz. Mi meta es usar la arquitectura para que la gente entienda que no hay que vivir un estereotipo de vida: existen otras opciones.'Claro, si uno como profesional no propone esas alternativas, la gente puede creer que no las hay. Viviendo con otras culturas aprendí que nuestro...

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