Real Madrid eligió al 'desconcentrado' De Gea sobre el aplaudido Navas

Eduardo Baldares

eduardo.baldares@nacion.com

El delantero se reivindica fácil. A medio metro del arcoíris, aunque perfore el violeta de un misil -¡poste!- , si en la siguiente anota, héroe será.

El portero, no. Por más meteoritos que bloquee, le bastará pifiar una vez para ser blanco del chiflido, un villano sin redención.

Es entonces que el manejo de la presión se convierte en la principal virtud del guardameta, ¡máxime en equipos galácticos!, con los ojos de toda la humanidad clavados cual millones de alfileres en un muñeco vudú.

Más que el temporadón 2013-2014, cuando levantó un muro de 7,32 por 2,44 metros en el arco del Levante, y más que ser el mejor portero del Mundial Brasil 2014 (aunque el Guante de Oro se lo dieran a un patrocinado por la marca oficial), la consagración histórica de Navas fue en pretemporada y comienzo de campaña 2015-2016 con el Real Madrid.

Si el récord mundial de inmersión sin tanque de oxígeno es de 214 metros bajo el agua, Keylor podría romperlo fácil y descender kilómetros campante, sin estallar. La presión a la que fue sometido por los medios españoles reventaría a cualquier ser humano, pero no a él, un alienígena disfrazado de tico.

Dos meses lleva la feroz campaña multimedia para adquirir al español David de Gea, del Manchester United, a cambio de Navas y más de 30 millones de euros. Supuesto relevo de Casillas en la Roja , fuerzas...

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