El renacer del edificio que es como un limonense más

Un rostro enmarcado por una corona de flores emerge del concreto. A su derecha, un barco navega como si quiera besarse con el ferrocarril, que se mueve en dirección contraria.Los ornamentos de la fachada delEdificiode Correos, en Limón, les recuerdan a los hijos de esa provincia caribeña cómo fue que se forjó la tierra que los vio nacer.En la esquina donde confluyen la avenida segunda y la calle 4, se levanta un edificio con una elegancia inusual para su entorno.Vestido como para ir a un baile de gala, este caballero de ladrillo y concreto parece impertubable ante el bochorno inclemente del Caribe, el tufo a pollo frito y el barullo típico de cualquier centro de ciudad.Un proceso de restauración y rehabilitación devolvió al presente una estampa del pasado, en un afán por rescatar el patrimonio arquitectónico de Limón.Tras una inversión de ¢650 millones en el marco del Proyecto Limón Ciudad-Puerto, el Edificio de Correos 'revivió' después de permanecer como un paciente terminal durante muchos años.'Este edificio se rehizo totalmente porque estaba muy deteriorado. Fue necesaria una intervención profunda en todos sus elementos: estructura de techos, cubiertas, canoas, pisos, paredes internas y externas', explicó el arquitecto Carlos Laborda, director de la restauración.Los altos niveles de humedad de la zona, el comején, así como la falta de mantenimiento habían causado estragos en las estructuras de madera, como pisos, techos, puertos y marcos de ventanas.'Se reemplazó el 30% del área total de los pisos de madera de los salones de la segunda planta pues presentaban serio daños causados por plagas de insectos', dijo Laborda. Los pisos de los corredores eran originalmente...

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