Revisión del Programa Macroeconómico 2016-2017, de 26 de Julio de 2016

EmisorBanco Central de Costa Rica

BANCO CENTRAL DE COSTA RICA

La Junta Directiva del Banco Central de Costa Rica en el artÃculo 7, del acta de la sesión 5731- 2016, celebrada el 26 de julio del 2016,

dispuso en firme:

aprobar la revisión del Programa Macroeconómico 2016-2017, en cumplimiento a lo dispuesto en el inciso b), del artÃculo 14, de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica, de conformidad con el texto que acontinuación se detalla:

REVISIÓN PROGRAMA MACROECONÓMICO 2016-2017

Junta Directiva

Presidente

Olivier Castro Pérez

Ministro de Hacienda

Helio Fallas Venegas

Directores

Jorge Alfaro Alfaro

Silvia Charpentier Brenes

Victoria Eugenia Hernández Mora

Marta Eugenia Soto Bolaños

Juan Rafael Vargas Brenes

REVISIÓN PROGRAMA MACROECONÓMICO 2016-20171

1 Aprobada por la Junta Directiva en el artÃculo 7 del acta de la sesión 5731-2016, del 26 de julio de 2016.

1. INTRODUCCIÓN

Este documento2 analiza la situación económica durante el primer semestre de 2016 y presenta las proyecciones macroeconómicas para los siguientes 18 meses, coherentes con la revisión del marco de polÃtica monetaria, necesario para el cumplimiento de los objetivos asignados al Banco Central.

2 El inciso b) del artÃculo 14 de la Ley Orgánica del Banco Central de Costa Rica establece el compromiso de publicar el programa monetario. A partir de 2007 este informe es denominado Programa Macroeconómico, cuya coherencia es analizada con el Modelo Macroeconómico de Proyección Trimestral (MMPT); mayor detalle en "El modelo macroeconómico de proyección trimestral del Banco Central de Costa Rica en la transición a la flexibilidad del tipo de cambio", DIE-08-2008.

Este documento atiende, además, lo dispuesto en el literal f) de ese artÃculo 14, de publicar en enero y julio el informe sobre la evolución de la economÃa en el semestre previo.

El compromiso institucional con la estabilidad interna de la moneda nacional ha requerido de un proceso gradual de reducción de la inflación, que trasciende el perÃodo en comentario y ha quedado de manifiesto en niveles bajos de inflación3 y en una mejora paulatina de la credibilidad de los agentes económicos en las acciones de polÃtica monetaria.

3 La inflación promedio fue 18,9% en el lapso enero 1983-noviembre 1995; 11,9% de diciembre 1995 a abril de 2009 y 4,1% entre mayo de 2009 y junio de 2016.

Es conocido que una inflación baja y estable facilita el cálculo económico para la toma de decisiones de ahorro e inversión, con efectos favorables sobre el crecimiento económico; promueve la estabilidad de otros macroprecios (tasas de interés, tipo de cambio y salarios); reduce la pérdida de poder de compra, particularmente para grupos de bajos ingresos; y crea un entorno apropiado para que otras áreas de la polÃtica económica generen resultados compatibles con la mejora en el bienestar de la población.

Dado que la economÃa costarricense es pequeña y abierta a los flujos comerciales y financieros, el Banco Central consideró que su meta de inflación debe buscar la convergencia hacia la inflación de largo plazo de los principales socios comerciales del paÃs, estimada en 3%4.

4 Mayor detalle en "Inflación de socios comerciales como referencia para la meta de inflación en Costa Rica", DIE-22-2012. El Banco Central revisa periódicamente este parámetro.

El Programa Macroeconómico 2016-2017, aprobado el pasado mes de diciembre, contempló una disminución de un punto porcentual (p.p.) en la meta de inflación, ubicándola en 3% ± 1 p.p. Con esta decisión estableció un objetivo de largo plazo y, en el tanto éste sea creÃble para la sociedad, los procesos de formación de precios y las decisiones de ahorro e inversión se realizarán con base en este valor.

En esa publicación el Banco Central reconoció que, por factores ajenos a su postura de polÃtica monetaria, como los bajos niveles de precios internacionales de materias primas, existÃa una alta probabilidad de que la inflación estuviera, en el 2016, por debajo del lÃmite inferior de ese rango meta.

Efectivamente, en el primer semestre del año la inflación estuvo desviada de la meta; sus tasas fueron negativas. Esta condición respondió, en buena medida, a bajos precios internacionales de materias primas, en especial del petróleo. Diluido ese efecto, es previsible, en 2017, el retorno gradual de la inflación al rango objetivo, por cuanto las presiones inflacionarias por el lado de la demanda no exceden ese objetivo y las expectativas de inflación por 15 meses consecutivos han estado en ese rango.

En general, los macroprecios presentaron relativa estabilidad, en un entorno de recuperación económica y de un déficit en cuenta corriente de la balanza de pagos financiado con recursos externos de mediano y largo plazo (inversión directa).

En la primera mitad de 2016 el Banco Central mantuvo su Tasa de polÃtica monetaria (TPM) en 1,75%5, al considerar que los efectos esperados de factores internos y externos sobre la inflación y sus expectativas no requerÃan modificar ese valor; además, no habÃa concluido la transmisión, hacia el resto de tasas de interés del sistema financiero, de los cambios acordados en 2015 en esta tasa de referencia.

5 En 2015 aprobó ocho reducciones en su TPM, siendo la última de 50 puntos base (p.b.); ubicándola en 1,75% a partir del 4 de enero de 2016.

Esa transmisión continuó a lo largo del semestre, aunque en menor ritmo al observado en meses previos. En este contexto de reducción de tasas de interés (tendieron a estabilizarse hacia finales del perÃodo), el Ministerio de Hacienda pudo financiarse localmente. Ello denota que la disponibilidad de fondos prestables en la economÃa fue suficiente para atender ese requerimiento y la demanda de recursos del sector privado.

Por su parte, el colón acumuló una depreciación de 2,1% (al 26 de julio último, con base en el tipo de cambio promedio del Mercado de monedas extranjeras, Monex). Las presiones al alza en el tipo de cambio iniciaron en noviembre pasado, pero fueron más evidentes en el lapso mayo-julio de 2016. Ello fue consecuente, entre otros, con: i) un sector privado con menor superávit de divisas; ii) demanda por importaciones acorde con el mayor nivel de actividad económica; iii) intermediarios cambiarios que acumularon posición en moneda extranjera y; iv) mayores requerimientos netos del sector público no bancario (SPNB), ante el menor flujo neto de endeudamiento externo del Gobierno y precios de hidrocarburos en aumento.

Precisamente, este año el Banco Central utilizó en mayor medida las divisas disponibles para SPNB, acumuladas en perÃodos previos cuando la disponibilidad de divisas en el mercado cambiario costarricense era superior, producto de la mejora en términos de intercambio y del uso por parte del Ministerio de Hacienda de recursos de la colocación de tÃtulos en mercados internacionales. Ello fue realizado al amparo de lo dispuesto por la Junta Directiva en junio de 2014, cuando consideró que el tamaño de las transacciones del SPNB ameritaba que el Banco Central gestionara en el Monex esa demanda según las condiciones del mercado cambiario, y no de manera contemporánea.

El crecimiento de la economÃa costarricense fue 4,4% (tendencia-ciclo) en este primer semestre, superior al de un año atrás y a la tasa media de sus principales socios comerciales. Esta expansión estuvo sustentada en el aporte positivo de la demanda interna, principalmente del gasto en consumo final de los hogares, asà como por la recuperación de las exportaciones de bienes y servicios. Si bien prevalecen condiciones de holgura en la economÃa y en el mercado laboral, las estimaciones señalan que esa capacidad ociosa ha disminuido gradualmente.

La mejora en el resultado en cuenta corriente (-1,0% del PIB al primer semestre de 2016, -1,5% un año antes) respondió al mayor superávit en el balance de servicios y a la reducción en el déficit en la cuenta de bienes. Aun cuando esa brecha fue financiada con recursos de largo plazo, en especial de inversión directa, los menores flujos financieros netos hacia el sector público y a la banca comercial llevaron al uso de EUA$66 millones de Reservas internacionales netas (RIN). En este perÃodo el Banco Central no adquirió divisas al amparo del programa de compra de reservas autorizado por la Junta Directiva (EUA$1.000 millones como máximo en el bienio 2016-2017).

De acuerdo con la evolución de los indicadores monetarios y crediticios, éstos no incubaron presiones en exceso al objetivo inflacionario. Sin embargo, el Banco Central estima necesario llamar la atención acerca de: i) la existencia de excesos de liquidez en el sistema financiero, los cuales si bien disminuyeron recientemente, son recursos que continúan en instrumentos de muy corto plazo y podrÃan canalizarse, fácilmente, a gasto y; ii) el riesgo que introduce a la estabilidad del sistema financiero y, por ende a la estabilidad macroeconómica, la concesión de crédito en moneda extranjera a agentes cuya principal fuente de ingreso es en colones.

De esta manera, la economÃa costarricense continuó en la fase de crecimiento en un contexto de relativa estabilidad de los macroprecios (inflación, tipo de cambio, tasas de interés y salarios), pese a los riesgos que la creciente deuda pública (60,4% del PIB en junio de 2016) introduce a la estabilidad macroeconómica.

Estos resultados fueron posibles en un entorno internacional caracterizado por: i) un ritmo moderado de crecimiento de la actividad global, pero heterogéneo entre paÃses y regiones; ii) bajos niveles de inflación, principalmente en economÃas avanzadas; iii) polÃticas monetarias laxas en naciones avanzadas y en algunas emergentes; iv) tendencia al alza en precios de materias primas, aunque en niveles inferiores a los de 2015 y a los previstos en la programación macroeconómica de diciembre pasado y; v) aumento en la volatilidad en mercados...

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