Sabo salió de la Cueva coqueteando su regreso

No hay lugar como la casa. Es el terruño querido. Es el sitio de siempre. Álvaro Saborío regresó a la Cueva. Ahora, como rival, con la camiseta de San Carlos. Su retorno estuvo lleno de simbolismos.Salió a calentar y la afición le aplaudió. Desde ahí empezó con el pie derecho su relación con la grada morada, esa de la que un sector de la popular lo hizo tomar la decisión de retirarse al ofenderlo.Antes de que se iniciara el juego y después de la última reunión junto a sus compañeros, Sabo sacó una pancarta que decía '¡gracias!' con el escudo del Saprissa y el de San Carlos. La gente le aplaudió para agradecerle el gesto.Ya con el pitazo inicial, eran rivales, y en la Cueva se escucharon silbidos luego de un disparo desviado; no obstante, solo estaba afinando su puntería. Al final, le llovería metralla a Kevin Briceño, quien iba a tapar tres disparos de Sabo y a ver cómo uno se colaba entre las redes para el 3-3 definitivo.Luego de un primer tiempo discreto en el que tuvo un duelo particular con Heiner Mora, el sancarleño cambió la camiseta con Michael Barrantes. Posterior al juego, también con Christian Bolaños. 'Somos amigos desde la juventud. Tiene muy merecida la banda de capitán', manifestó Sabo sobre el reencuentro con Bola.Salida. Al salir del campo, los seguidores se pusieron frente a la malla de sol sur y le hicieron sentir su aprecio. El futbolista, de 36 años, los saludó con las manos arriba.Al vestuario entró sin camiseta, pero se puso la de verdugo, pues en el segundo tiempo fue un verdadero dolor de cabeza para la zaga saprissista.A los 61 minutos, Saborío le robó la espalda a Heiner Mora y definió de pierna...

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