Salud toca la puerta de indígenas en La Flor del Roble

No eran las 6 p. m., pero la oscuridad daba la impresión de que era mucho más tarde.Los indígenas ngöbes que viajaron desde Panamá a principios de noviembre a trabajar en cafetales de La Flor del Roble, en Coto Brus, terminaron su jornada y caminaban hacia sus casas.Ellos viven muy lejos del Ebáis de La Casona y su horario laboral les impide llegar hasta allá. Entonces, el Ebáis llega a ellos, de la mano de otros indígenas que hablan su misma lengua y entienden sus distintas inquietudes.Mientras los panameños regresan a sus casas, los ngöbes ticos desempacan extensiones eléctricas y material gráfico para educarlos sobre cómo cuidar su salud. Los indígenas cotobruseños van con especialistas del Área de Salud de Coto Brus, quienes los instruyeron.Los 'blancos', como les dicen los indígenas, juegan un papel pasivo en estas intervenciones: lo importante es que los voceros sean los indígenas que entienden a sus hermanos panameños.Poco a poco, el equipo desciende unos 400 metros por la montaña. A falta de luz eléctrica, un foco ilumina los pasos que deben abrirse entre barro y maleza.Una vez en el caserío, buscan la mejor ubicación. Unos pocos salen curiosos para ver lo que sucede y, tímidamente, regresan a sus casas.Poco después, ya instalados, las parteras y los líderes pasan, casa por casa, para invitar en el idioma ngöbe a recibir la capacitación. Al principio, solo pocos acuden.El primer tema: las infecciones por bacterias. El público se muestra tímido pero, poco a poco, comienza a llegar más gente, tal vez motivada porque algunos se enteraron de que al final de la charla les darán...

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