Más salvadoreños piden refugio en suelo tico para huir de maras

Sin tiempo para planear el viaje, tres maletas la acompañaron hasta Costa Rica. Partió con el duelo que conlleva dejar a la familia, a los amigos y la casa que tanto trabajo le costó. Fue una despedida sin tiquete de regreso.Esperanza, cuya identidad se protege por el riesgo que representa su condición de refugiada, es uno de los 112 casos de salvadoreños que solicitan condición de refugio en suelo tico debido a que su vida corría peligro en su tierra.En los últimos tres años, las solicitudes de refugio de hondureños, guatemaltecos y salvadoreños subieron de 0 a 210 casos.Esta última nacionalidad reúne un 55% de los solicitantes.En El Salvador, la amenaza de muerte de los pandilleros de las maras persiguió a Esperanza durante un año y ocho meses, hasta que tomó la decisión de buscar refugio en este país vecino, hace dos años.Los carteles de la droga y sus pandillas combinan sus negocios ilícitos con extorsiones y crímenes, en busca de demostrar poder.'Todo empezó cuando mataron a mi esposo en su lucha contra las maras para que no ingresaran al barrio donde vivíamos. Creía que nuestro futuro estaba asegurado, pero de la noche a la mañana, empezó una pesadilla sin fin' , dijo esta salvadoreña de 50 años.En el 2012, Costa Rica recibió un total de 1.167 solicitudes del estatuto de refugiado, sobre todo de colombianos (42%), cubanos (32%) y un 18% de extranjeros del Triángulo del Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras).'No hay cabeza que aguante tanta amenaza. Mi peor error fue pedir justicia. Había gente muy peligrosa que me seguía a todas partes sin quitarme la mirada. Después del duelo, llegar a otro país sin nada es difícil', dijo Esperanza.Durante el 2012, el promedio de reconocimiento de refugiados fue de un 20% en la Comisión de Visas y Refugio de la Dirección de Migración y Extranjería. Es decir, que de cada 100 solicitantes, solo a 20 se les reconoció el estatus de refugiado.En penurias. Llegar a otro país sin mayor voluntad que huir de la persecución y la muerte, es un choque de emociones que se mezcla con la cruda situación económica.Según el oficial a. í. del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Juan Carlos Murillo, el 70% de las personas refugiadas vive con menos de ¢100.000 por mes.'La mayoría se dedica a trabajos informales. En su país eran profesionales. No vienen huyendo porque hicieran algo malo, sino porque su vida corría peligro en...

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