Santos le da un recital de fútbol a débil Cartaginés

Guápiles. El ímpetu contra el desgano, el coraje frente a la apatía y el buen ver en la cancha ante la falta de creatividad. Santos-Cartaginés fue un partido de antónimos.

Esta vez no hubo frases trilladas como 'fue un juego parejo' o 'merecimos mejor suerte', porque la superioridad del local fue abismal en todas las líneas.

El local no tuvo rival, Cartaginés ni siquiera inquietó.

Desde el 9', cuando Osvaldo Rodríguez se inventó un gran pase filtrado que Cristhiam Lagos culminó en la red, el partido se volvió un recital con una melodía tan correcta como virtuosa.

La debilidad defensiva que mostró Cartaginés contrarrestaba con la solvencia de su adversario, apalancado al esfuerzo de Lagos, la dinámica de Rodríguez y Wílmer Azofeifa en la medular, y el desequilibrio de Raymond Salas y Kenny Cunningham por los costados; todo un arsenal de figuras, pero a beneficio del equipo.

En el esquema del timonel Johnny Chaves predominó la presión alta, que de a pocos empezó a asfixiar la salida de su endeble adversario. Cartaginés careció de claridad en la salida y tuvo nula profundidad en la ofensiva.

A excepción de algunas acciones individuales de Geovannie Clunie, aguerrido en punta, Cartaginés perdió todo ese fuelle que lo caracterizó en los partidos ante Saprissa, Herediano y la Liga.

De hecho, los de la Vieja Metrópoli recibieron siete goles en sus dos últimos partidos, pues Belén los derrotó 1-4 en el propio Fello Meza, en la fecha anterior.

Y en cambio...

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