Sigo con mi punto: el sexuado metalenguaje del fútbol

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

La contaminación fútbol-sexismo se manifiesta mediante el pensamiento analógico, y según un registro metafórico muy puntual.

La 'delantera', la 'retaguardia' y 'el medio campo' de una dama. La menstruación: 'no pude jugar: el terreno estaba en malas condiciones'. El sempiterno 'mi hijo fue un gol': el espermatozoide se cuela entre las piernas de un 'portero' desprevenido. El cortejo: 'pelotear en el medio campo', 'probar el terreno de juego'. Pasar al acto: 'disparar a marco'. Los que se jactan de sus destrezas amatorias: 'mi fútbol es de toque y filigrana, vos sabés, a lo Brasil'. La aproximación brutal: 'entrar al planchetazo'. El hombre que 'le pasa' una mujer a otro: 'ahí te la dejo, picando en el área'. Los hombres agresivos: 'delanteros que le pegan de primera'. Los seductorcillos verborreicos: 'jugadores técnicos, controlan el balón y con toque sutil lo colocan en el ángulo'. Los que traicionan a sus compañeras: 'burlé la marcación de la doña', 'me aplicaron marcaje de estampilla, tuve que maniobrar como Messi para deshacerme de (insértese aquí 'la terciopelo', 'la tarántula', 'la barracuda', 'la bruja', 'la segua', 'la Gestapo'). El abordaje directo: 'una alineación ofensiva: cuatro delanteros en punta'. Un proceso más paulatino: 'una formación conservadora, con mucho toque...

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