Sinonimia y homofonía

Se denominan sinónimos los vocablos diferentes que tienen igual o muy próximo significado: gordo-grueso, lindo-bonito, recobrar-recuperar, subir-ascender, etc. Los lexicólogos discuten si en realidad existen sinónimos puros o si siempre hay algún matiz diferencial entre las distintas voces que se consideran sinónimas. Ciertamente existen términos absolutamente sinónimos, especialmente en los nombres que se refieren a seres u objetos concretos: burro-asno, avión-aeroplano, fútbol-balompié, perro-can, aceite-óleo? son claros ejemplos de sinonimia.Sin embargo, con verbos y sustantivos abstractos, la sinonimia resulta mucho más problemática, ya que, casi siempre, entre estos aparentes sinónimos, se dan matices y connotaciones que marcan alguna diferencia. Pero, precisamente, en eso está gran parte de la riqueza y expresividad del idioma. La diferencia, por ejemplo, entre querer, amar, apreciar, estimar? resulta a veces sutil e imprecisa; pero nos sirve claramente para expresar distintas valoraciones en la escala afectiva. Lo mismo ocurriría con sus antónimos: odiar, aborrecer, abominar, malquerer, detestar...

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