Ottón Solís dejó de ser un jinete sin caballo

El domingo 7 de febrero del 2010, minutos después de reconocer una nueva derrota electoral, Ottón Solís dijo que no volvería a ser candidato presidencial, que se bajaba del caballo para siempre. Pero no dijo nada de postularse por una de las 57 sillas legislativas.El mordaz economista, de 59 años, no imaginaba lo que iba a ocurrir. El Partido Acción Ciudadana, su soñado PAC, se sumiría en una lucha de tendencias entre conservadores y reformistas.Él recobraría su vida de académico y de finquero, ejerciendo la política de manera informal. Lo hizo apoyando el plan fiscal de Laura Chinchilla en el 2011 y cada vez que un medio de comunicación le pedía opiniones o que veía un tema para comentar en largos textos de 'feisbúc', como pronuncia él.El Partido se alió con otros y él lo criticó en público. El Partido tanteó una coalición para la campaña electoral y él fue escéptico. Unirse a otros implicaba, necesariamente, relativizar aspectos de forma y de fondo que Ottón Solís no estaba dispuesto a ceder. Sobre todo en ética y austeridad se reconoce radical, algo que muchos le critican.Tampoco quiso expresar simpatía por ninguno de los precandidatos y prometió que apoyaría al que ganara, aunque era clara su divergencia con Juan Carlos Mendoza.Este perdió en la convención de julio por 113 votos en una elección poco concurrida contra Luis Guillermo Solís, un desconocido para el grueso de la población.Pero desde antes había surgido la idea de que Ottón Solís fuera diputado. Él dice que se lo plantearon varias personas, incluido un...

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