Solo un gran acuerdo nos salvará del abismo fiscal

FernandoFerraro

Es cierto que la Asamblea Legislativa sigue sesionando, el Gobierno continúa administrando, las empresas no paran de producir y los estadios siguen llenándose. Mas no nos engañemos.

El país vive una parálisis que se refleja en la incapacidad de ejecutar reformas estratégicas. Es lo que sucede en materia fiscal y de empleo público, pero también en otros campos de importancia para el futuro, de los que no se está hablando.

Paradójicamente, la percepción de dicha parálisis se combina con la falta de 'sentido de urgencia' tan propia de nuestra cultura, haciendo que muchos costarricenses miren al 2018, con la vana esperanza de que las próximas elecciones nos devuelvan la capacidad de tomar decisiones. Sin embargo, esto no es más que una evasión de la realidad. Al Gobierno le quedan más de 24 meses y 3 presupuestos, pues no olvidemos que deja aprobado y ejecuta parte del 2018.

Moody's y Standard yamp;amp; Poor's cambiaron la calificación del país, pero destacaron al mismo tiempo aspectos positivos que demuestran que estamos a tiempo de romper la parálisis y ejecutar acciones que la OCDE y especialistas costarricenses han discutido ampliamente.

LEA: Costa Rica es el único país de la región con perspectiva negativa de las tres calificadoras de riesgo.

En Costa Rica, no faltan recursos, diagnósticos ni opciones. Lo que faltan son decisiones. El problema es que se trata de unas que por su naturaleza e impacto son controversiales y, para las cuales, nadie tiene unilateralmente la dosis de voluntad necesaria para aprobarlas y ejecutarlas. Necesitamos de un gran esfuerzo de cooperación política.

La dificultad de armar nuestro 'cubo rubik fiscal', por ejemplo, se complica por el hecho de que muchos de los males que agravan el déficit y el endeudamiento, demandan soluciones que van más allá de la administración institucional. Es decir, se necesitan decisiones parlamentarias, para las cuales nadie tiene mayoría.

Es el caso de los proyectos de ley en materia de empleo público o de esa iniciativa tan digna de estudio como negativa es la connotación de su nombre. Me refiero al expediente 19.834 denominado Cerrar por su autor, el diputado, Ottón Solís.

Así que la oportunidad de salir del suampo en el que estamos, depende de la voluntad de negociar un consenso basado en admitir la existencia de políticas evidentemente mejorables, abusos y malas prácticas en la administración pública que afectan la competitividad de nuestra economía, pero también...

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