Sueño santista sigue más vivo que nunca

El sueño sigue intacto. Santos de Guápiles, el equipo humilde pero ganador, tiene el pecho inflado: está en la final de la Liga Concacaf.

La faena ante el Árabe Unido de Panamá no fue nada sencilla. Los caribeños tuvieron que sudar de más y el técnico Johnny Chaves sacar lo mejor de su mente maestra para imponerse 1-0 en el Nacional.

El partido fue de meter pata, de soportar el juego brusco y físico de los canaleros. Típico de una semifinal.

Juego perfecto para que lo resolviera el jugador que se caracteriza por ir al frente, por soltar la rienda a su juego físico y por poner la frente en alto cuando lo llaman a duelo.

Se trata de Kenny Cunningham, quien concretó el único dardo del encuentro, en un momento imposible para que los visitantes pudieran reponerse.

Cunningham anotó de pierna derecha un pase largo de José Garro. Cristhiam Lagos intentó pivotear y el balón le quedó servido para perforar la red.

Lo festejó con todo, como se festeja un gol de esos. Sin camiseta, bajo la lluvia, con la euforia de un grupo que entrena día a día para lograr sus objetivos.

En el banquillo se vivió igual, jugadores y cuerpo técnico se fundieron en abrazos y brincos.

Los guapileños iniciaron el juego como con amarras, con más tensión de la cuenta.

La presión alta de los panameños los afectó. El equipo local se vio imposibilitado de salir jugando y hacer transiciones, situación que mermó toda la estructura del esquema santista.

El atacante Kenneth Dixon estuvo participativo, pero hasta ahí. No le faltó garra, sin embargo, en este tipo de juegos se necesita un poco más. Esa gota de sudor extra que marca diferencia en el fútbol internacional.

El portero...

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