Surgió la química y Jozef Miso se enamoró de Alajuelense

Hubo cuatro meses en los que Jozef Miso no jugaba y ni siquiera aparecía de suplente.

'Estaba en la gradería y estaba convencido de que después de ese torneo me iba a regresar a Eslovaquia. En abril o mayo, la situación cambió, pude dar algunas asistencias, meter unos goles y la gente en la calle me empezó a tratar diferente', relató Miso.

Fue ahí cuando él y el liguismo se enamoraron, al punto de que al consultarle cómo resume esas nueve campañas que jugó con Alajuelense entre 1995 y el 2004, el europeo responde: 'Fueron los mejores tiempos de mi vida'.

'Yo conozco muy bien a la afición de la Liga y es la afición de un equipo grande, son crueles si no se rinde, pero es algo completamente normal. La afición tiene que ser así, si no se rinde, tiene que exigir y en un equipo grande se tiene que exigir', destacó el eslovaco.

Dar mucho.Miso dice que cuando un extranjero o un nacional llega y demuestra que tiene condiciones, 'los liguistas se vuelcan a su favor, son incondicionales y apoyan'.

Para los seguidores de Alajuelense, Miso es un ícono de su equipo, un hombre al que admiran, respetan y hasta lamentan que en un momento se friccionara la relación y que el jugador tuviera que buscar nuevos horizontes.

En el club decían que el delantero no tenía nada, pero él se sentía lesionado.

'Yo quedé a un 90% de la pierna, estuve fuera 13 meses y 13 días. Me lesioné el 28 de noviembre de 1999 y ese día fue como que me hubiesen metido un cuchillo en la pierna, tenía un desgarro de segundo y de tercer grado a la vez', recordó con pesar, porque afirma que en...

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