La Tricolor provocó lágrimas, euforia y esperanza

El partido de la Selección Nacional sirvió como desahogo para muchas familias que están lidiando con la adversidad a consecuencia de las lluvias que causó la tormenta Nate.

La Nación estuvo en el albergue para damnificados que se abrió en Santa Cruz, Guanacaste, donde muchos vieron el encuentro por televisión.

Allí, 350 personas olvidaron, por al menos dos horas, el difícil momento que atraviesan, y se dedicaron a disfrutar del juego.

En La Sabana, rodaron lágrimas y abundaron los abrazos, parte de los eufóricos festejos de los jugadores de la Selección debido a que se alcanzó el boleto al Mundial de Rusia 2018.

El entrenador Óscar Ramírez lloró, puso su cabeza en el hombro derecho de su papá y, como un niño, se...

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