Vida en la Empresa: La energía blanca

Nos hemos venido cargando de indignación. La indignación tiene destinos constructivos y destinos destructivos. Es destructiva la amargura. La generalización: todos son iguales. La desesperanza: a esto se lo llevó la trampa.

Es constructiva la acción inteligente, no la instintiva. Es preferible pensar, articular, crear conexiones e inventar acciones que tirar piedras o decir improperios. Manifestemos la indignación. El peor servicio que le podemos hacer a la nación es la indiferencia; toda indiferencia y todo silencio son culpables.

Acudamos a las manifestaciones, revisemos nuestra conducta, expiemos nuestras propias faltas de fidelidad, formulemos propósitos de mayor participación, de mayor contribución al sostenimiento de la forma como funciona el país cuando funciona bien.

Busquemos un simbolismo que manifieste nuestra disposición de contribuir, de estar atentos, de utilizar estas duras lecciones por las que atravesamos, para ser protagonistas y menos espectadores.

Qué tal una pegatina de papel o una cinta blanca que nos coloquemos en el pecho. Una cinta blanca que diga a quienes la miren, que estamos con la decencia; que apoyamos las investigaciones; que no queremos que esto se diluya a los tres días; que no queremos...

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