Vida en la empresa: Firmeza, crudeza, rudeza

En la empresa o fuera de ella, nos enfrentamos con situaciones en las cuales podemos asumir una posición con toda firmeza.

Esto ocurre cuando está muy clara la situación con respecto a nuestros valores; o porque los hechos la fundamentan sin ninguna duda; o porque los beneficios de la posición nos resultan indudables. La posición firme hay que explicarla, pero no hay que negociarla. No hay que ceder en cuanto a ella, aunque sí es posible facilitar el ajuste de quienes resulten afectados.

Se puede ser firme con crudeza o sin ella. Hay crudeza cuando innecesariamente se alude a hechos que no perjudicaría omitir. ¿Para qué decirle al proveedor a quien estamos descontinuando que hace muchos meses que posponemos la decisión para no perjudicarlo?

Se puede asumir una posición con firmeza, expresar sus fundamentos indispensables con crudeza, pero en algunos casos se agrega a lo anterior la dureza.

Se introduce dureza en la relación cuando no solamente se explica la posición, sino que se le agregan elementos subjetivos que la hacen más hiriente o incómoda para la otra parte.

Se puede despedir a un colaborador dándole las razones del caso, pero no hay ningún derecho a agregarle al procedimiento, elementos que perjudiquen o hieran innecesariamente.

Cuando las manifestaciones de la dureza pasan de un cierto límite y se convierten de hirientes en ofensivas...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR