Voluntarios tejen pulpos para confortar a prematuros

Carla Peters no sabía tejer, pero eso no impidió que sus dedos se enredaran entre los hilos de lana. El deseo de ayudar la impulsó a tomar las agujas y animarse en una manualidad que, si bien siempre le había interesado, no había tenido la oportunidad de aprender.

Peters, de 36 años, es madre de una niña, ya de tres años, que nació a las 28 semanas de gestación, cuando un embarazo de término llega hasta las 40. Debido a su condición de prematura, así como a la recuperación tras someterse a una cirugía de hernia umbilical, la bebé debió permanecer dos meses en una incubadora en el Hospital Nacional de Niños.

Ese vínculo temprano de la madre con la unidad neonatal no desapareció después.

De hecho, actualmente ella es voluntaria de la Fundación Banco de Leche Humana Catalina Vega, la cual, por ejemplo, recibe y restaura sillones para donar a los hospitales.

'Lo hacemos para que los papás tengan dónde sentarse cómodos a la par de la incubadora cuando tienen que cangurear a su bebé; eso es abrazarlo para que tenga contacto piel con piel y así ayudarle a su desarrollo', contó Peters.

Como en el vientre. El 8 de abril, Peters encontró otra forma de apoyar a las unidades neonatales: tejiendo un pulpo de ganchillo para un bebé prematuro. Este simple objeto simula ser el cordón umbilical y los pequeños se reconfortan al aferrarse a este, como pasaba en el vientre.

Ella fue una de las ocho personas que respondieron al llamado de Tejedoras Sociales, una iniciativa de voluntarios que busca ayudar, a través del tejido. Se reunieron en Combai Mercado Urbano, en Escazú, pero antes habían estado en la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica (UCR) y también en Heredia.

Se juntan regularmente para confeccionar pulpos para neonatos. Basta con seguir su perfil de Facebook (www.facebook.com/tejedorassociales) para conocer el próximo lugar de encuentro. Tampoco es necesario saber tejer: Tejedoras Sociales tiene sus instructoras.

'Muchas personas vienen con muchas ganas de ayudar, pero sin saber cómo tejer. Nosotros les enseñamos, sin problema. Damos clases de puntadas básicas para luego enseñarles cómo hacer el pulpito', manifestó Mariana Vaglio, una de las integrantes del grupo.

Ese fue el caso de Nicole Leroy-Beaulieu, quien cursa la carrera de Educación Preescolar y a quien Leda Ureña instruía puntada a puntada.

'Esta me parece una iniciativa excelente. Los bebés prematuros suelen sentirse muy inseguros al estar lejos de la mamá y los...

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