¿Jurisprudencia superflua?

He analizado el intercambio de opiniones en torno a la reciente sentencia del Tribunal Contencioso Administrativo en el llamado caso Crucitas, que enmendó y hasta contradijo en algún sentido la declaración previa que hizo la Sala Constitucional.La Sala tiene dos atributos legales muy importantes: le corresponde a ella -con exclusión de cualquier otro órgano jurisdiccional y a diferencia de estos- resolver sobre su propia competencia, y su jurisprudencia y precedentes son vinculantes erga omnes , pero no para sí misma. Uno pensaría que un juez del orden común, respetuoso de estos atributos, está obligado a extremar su cautela en casos como el de Crucitas, para no saltárselos.La Sala Constitucional, a diferencia de todos los demás órganos jurisdiccionales -excepción hecha de la Corte Suprema de Justicia cuando realiza función jurisdiccional-, es un verdadero órgano constitucional, lo que quiérase o no, no es poca cosa. Sus potestades son exclusivas, de manera que no pueden ser avocadas ni limitadas por ningún otro órgano sin infracción no solo de la ley sino de la Constitución.El caso Crucitas no es un caso cualquiera. Tiene connotaciones ideológicas que lo emparentan con otros temas polémicos del acontecer nacional. Ha apasionado a algunos, al punto de que el anuncio del fallo del Tribunal Contencioso Administrativo provocó el hecho inusitado de que uno de los participantes fue sacado de los tribunales en hombros.MesianismoUn reciente artículo publicado en La Nación por Antonio Solera puso de manifiesto que al menos uno de los jueces del Tribunal Contencioso Administrativo había hecho con anterioridad manifestación reiterada, pública y vehemente de reproche contra el expresidente Óscar Arias y su gestión en el asunto del TLC. Luego, el fallo del Tribunal la emprende contra el expresidente, sin que hubiese sido llamado al debate ni participado en él.El maniqueísmo judicial es un prejuicio que desnaturaliza los fundamentos de la función jurisdiccional, no importa si obedece a inclinaciones ideológicas, a resentimientos personales o al deseo oportunista de ganarse el aplauso de algún sector del cuerpo social. Es también una forma de mesianismo, que se encubre tras los velos de la...

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