La pobreza como metafora.

AutorGamboa, Isabel
CargoArt
Páginas243(12)

JUSTIFICACIÓN Y PRESENTACIÓN

Cuando terminó el Coloquio: "Pobreza e Historia en Costa Rica. Determinantes Estructurales y Representaciones Sociales. 1850-1950", organizado en el año 2003 por el Programa de Investigación en Historia Económica y Social del Centro de Investigaciones Históricas de América Central (CIHAC), quedamos con la convicción de que. además de haberse aportado razonamientos para la comprensión de algunas manifestaciones de la pobreza, se hicieron evidentes los pendientes investigativos que quedaban desde otras perspectivas. Uno de ellos: las representaciones de la pobreza en las zonas rurales, tema de una investigación en marcha de la cual ofrecemos un avance aquí.

El artículo empezará echando una rápida mirada a la discusión teórica sobre la pobreza desde una perspectiva cualitativa. Continuará con un esbozo de la metodología usada en la investigación. Seguidamente. se presentará una rápida caracterización de las dos personas entrevistadas y de su zona geográfica de referencia. Hecho esto, detallaremos algunas representaciones que estas personas tienen acerca de la pobreza, específicamente aquellas relacionadas con lo que transitoriamente llamaremos "movilidad" socioeconómica, sea descendente o ascendente; la explicación que hacen de la pobreza; los atributos que asignan a ésta; las cualidades que otorgan a las personas pobres; y las soluciones que se distinguen ante la experiencia de pobreza. El ensayo se cierra con algunas reflexiones que preliminarmente, pueden derivarse con un alto grado de confiabilidad del estado presente de la investigación referida.

Como corresponde a una investigación cualitativa, no se pretende con esta instituir parámetros de generalización, sino ofrecer algunas pistas que contribuyan en el entendimiento de una realidad. la pobreza. desde el punto de vista de las personas entrevistadas. Nuestro interés es que estos indicios puedan formar parte del conocimiento considerado por quienes tienen la responsabilidad de tomar decisiones acerca de las políticas y acciones para confrontar la pobreza en nuestro país.

El enfoque cualitativo resulta especialmente pertinente para el análisis de aspectos de la realidad ubicados como cotidianos y subjetivos pues facilita inquirir en los valores, los mitos, los miedos y los estereotipos sociales, mediante la interpretación de la lectura de mundo de las personas investigadas a través, como afirman Taylor y Bogdan, de sus conductas y palabras en un contexto determinado. (1)

LAS "CUALIDADES" DE LA POBREZA

Sin pretender negar la indudable, rotunda y dolorosa dimensión económica de la pobreza, me interesa señalar cómo esa condición --entendida como la de tener un ingreso insuficiente para aprovisionarse de los recursos materiales y simbólicos definidos cultural e individualmente como necesarios para llevar una vida digna- al relacionarse con categorías como el género, la etnia y la edad, puede ser leída, más que como un dato, como una experiencia subjetiva heterogénea y en cambio constante. Esto es, aún conservándose las condiciones materiales de pobreza que una persona viva, ella puede percibir dicha situación como más o menos dramática, según la relacione con otras experiencias como el abandono o el maltrato.

Es así como, en cuanto al primer concepto de "subjetividad heterogénea", María del Carmen Feijoó habla de "trayectorias individuales" para referirse al tránsito de las desigualdades desde lo estructural a lo individual, en el sentido de que la edad, el género y otras características, deben ser desagregadas para analizar el impacto diferenciado que tienen en las prácticas y subjetividades de las personas en relación con la pobreza. (2)

En cuanto a la segunda categoría de "cambio constante", las nociones de pobreza cambian históricamente, no solo colectiva sino individualmente. Esto es, tal como lo veremos más adelante, independientemente de dónde la ubiquen las estadísticas, una persona puede tener tierras, comida y una casa, y sentirse "pobre" o, puede carecer de ello y ponerse en el lugar de "rica". Ello depende de las representaciones que las mujeres y los hombres tengan de la pobreza, y de las relaciones que establezcan entre ésta y los discursos religiosos, racistas, de género o etarios.

Ahora, si la pobreza no puede ser definida solo estadísticamente, entonces, siguiendo a Virginia Ceirano, debemos preguntarnos: ¿quiénes se ubican como pobres y cómo eso es posible? (3)

Es decir, además de lo material, existen otros factores --simbólicos, psicológicos y éticos- que explican el hecho de que una persona en particular se nombre a sí misma como pobre en un momento concreto de su vida.

Adrián Scribano usa el concepto de "identidades en tránsito" para referirse a la configuración de la subjetividad de quienes viven procesos de exclusión y empobrecimiento: "[...] la pobreza condiciona una especial 'ontología' de lo social que modifica la constitución identitaria de los sujetos que la soportan." (4) La pobreza puede llegar a ser parte constitutiva de la identidad de las personas y no una circunstancia más en su vida.

También las disposiciones de género y de etnia atraviesan, tanto subjetiva como institucionalmente, las condiciones y percepciones que la gente tiene de la pobreza. Partiendo de Bourdieu (5), el campo -o red de relaciones de poder históricas objetivas entre agentes o instituciones- y el habitus -o esquemas mentales y corporales que generan determinadas disposiciones, percepciones, preferencias y acciones-, son el contexto propicio para tratar de entender cómo es que las personas llegan a representarse de una manera y no de otra. Sí, es esa "subjetividad socializada" que es el habitus junto a esa realidad más material que es el campo (6), lo que produce los significados que la pobreza tiene para la gente.

Es en el contexto del campo y el habitus que podemos entender la distribución de los diferentes capitales -económico, cultural, social, simbólico- entre las mujeres y los hombres, según su etnia y edad; y la manera en que se articulan -en términos de continuidad y ruptura- la masculinidad, la feminidad, la etnia y la edad, con las vivencias y significados alrededor de la pobreza.

En su investigación sobre representaciones sociales de la pobreza en algunos barrios de la provincia de Buenos Aires, Ceirano encontró la construcción de significados asociados a lo espiritual, lo material y la dignidad, mediante los cuales una persona puede ser definida como rica, porque espiritualmente está cerca de dios o es una persona digna, aunque tenga poco, materialmente hablando, o viceversa. (7)

Por su parte, José Amar y otros, en su indagación sobre las representaciones sociales de la pobreza en la región caribe de Colombia, encontraron que las personas entrevistadas se explicaban la pobreza a partir de lo aparente y observable (elementos fantásticos o anecdóticos) o de lo que trasciende lo observable (factores económicos, históricos). (8)

La elección de dispositivos inmediatos y concretos o indirectos y abstractos no es fortuita, se relaciona con el habitus y los capitales simbólicos con que cuente la persona (9). El lugar que ocupen, en términos de legitimidad de su palabra, los esquemas mentales y emocionales con los que pueda leer sus vivencias, le posibilitarán una o otra interpretación.

EL CARÁCTER DE ESTA INVESTIGACIÓN

La elección por la historia oral, propuesta de esta investigación, nos posiciona en una reflexión metodológica y epistemológica, en la medida en que propone una fuente --las propias personas que han vivido los acontecimientos que deseamos estudiar- y una manera de construirla --las entrevistas en profundidad- que coloca a la subjetividad como interlocutora principal. Si, como señala Joutard: "Hubo un tiempo cuando solo se le tenía fe a lo escrito" (10), la historia oral implica el reconocimiento y la validación de una fuente tradicionalmente poco valorada por la historia más ortodoxa.

Las entrevistas en profundidad se caracterizan por el uso de una guía abierta y flexible que propicia un diálogo en el cual las subjetividades de la persona que entrevista y de la quien es entrevistada, no solo son reconocidas, sino estimadas como parte de los resultados (11)

La investigación plantea entrevistar, en sus propias casas, a 5 hombres y 5 mujeres residentes de diferentes zonas geográficas del país. Incluye el fotografiado de las personas, de su casa y de sus fotografías familiares, y la observación etnográfica de la vivienda y de la apariencia personal. Las fotografías y la observación etnográfica tienen como propósito fundamental ilustrar y contextualizar las entrevistas.

Estas personas son contactadas, mediante colaboradores en cada zona (12), con los siguientes criterios: que sean personas mayores nacidas a más tardar durante el segundo...

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