Emparejamiento entre competencias y empleo en el mercado laboral costarricense

AutorLaura Cristina Blanco
CargoUniversidad de Costa Rica, Escuela de Economía; San José, Costa Rica
Páginas7-41
Revista de Ciencias Económicas 37-N°2: julio-diciembre 2019 / 07-41 / ISSN: 0252-9521 / ISSN: 2215-3489
https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/economicas
EMPAREJAMIENTO ENTRE COMPETENCIAS Y EMPLEO EN EL
MERCADO LABORAL COSTARRICENSE
SKILL MISMATCH IN THE COSTA RICAN LABOR MARKET
Laura C. Blanco1
Recibido: 03/09/2019 Aprobado: 26/11/2019
RESUMEN
Se utilizó la Encuesta Nac ional de Hogares 2011-2017 para estimar los tipos de
emparejamiento laborales a pa rtir de la definición de Chevalier (2003). Se estud ian las
covariantes al t ipo de emparejamiento utilizando un análisis logit multinom ial y se analizan
las ecuaciones sa lariales en función del tipo de empa rejamiento y el nivel de competencias.
Para la población ocupada m ayor de edad, se encuentra una ta sa de subcalificación de
28,9%, mientras que la s tasas de aparente y genuin a sobrecalificación son de 13, 3% y 0,8%,
respectivamente. L os resultados muestran que la su bcalificación se encuentr a asociada a
un premio salarial de a proximadamente 30%, mientras que l a aparente sobrecalificación
y la sobrecalificación re al presentan un cast igo promedio equivalente al 35% y 47,5% del
salario, respect ivamente. Para la población con estudios superiores, el c astigo a la aparente y
genuina sobrecalific ación se estiman en 38,9% y 49,3%, respectiv amente.
PALABR AS CLAVE: : EDUCACIÓN, EDUCACIÓN SU PERIOR, CAPITAL HU MANO, FUNCION ES
DE INGRESO DE MIN CER, TASAS DE RETOR NO, DECISIÓN OCUPACIONAL, COM PETENCIAS,
CAPACITACIÓN OCUPACIONAL.
CLASIFICACIÓN JEL: : I21, I23, I26, J24
ABSTRACT
Skill mismatches are est imated using the National Hous ehold Survey 2011-2017, as defined
by Chevalier (2003). A logit multinomial ana lysis is used to study the cova riates of skill
mismatches and wage equ ations are analyzed a s a function of the workers’ skill mismatche s
and competence levels. The worki ng adult population is found to have an underqualificat ion
level of 28.9%, while apparent and genuine overqua lification levels are 13.3% a nd 0.8%,
respectively. Results show that u nderqualification is as sociated to a wage premium of about
30%, while apparent and genuine overqualif ication have a 35% and 47.5% wage penalty,
respectively. Graduates from ter tiary institution s with an apparent overqualific ation
level report a wage penalt y of 38.9%, and it increases to 49. 3% for those with a genuine
overqualific ation level
KEY WORD S: SCHOOLING, HIGHER ED UCATION, HUMAN CA PITAL, MINCER EAR NINGS
FUNCTION, RATE OF R ETURN, OCCUPATIONAL CHOI CE, SKILL, OCCUPATIONA L TRAINING.
JEL CLASIFICAT ION : I21, I23, I26, J24
1 Universidad de Costa Rica, Escuela de Economía; Código postal 11501-2060; San José, Costa Rica; lauracristina.blanco@ucr.ac.cr
DOI: https://doi.org/10.15517/rce.v37i2.38868
8Laura C. Blanco
Revista de Ciencias Económicas 37-N°2: julio-diciembre 2019 / 07-41 / ISSN: 0252-9521 / ISSN: 2215-3489
I. INTRODUCCION
El mercado laboral costarricense sufre una serie de problemas estructurales que explican
la creciente desigualdad en el país, entre ellos: una alta concentración del empleo formal en pocas
empresas, marcadas diferencias salariales entre las actividades productivas y un mayor crecimiento
del empleo informal y de mala calidad (Programa Estado de la Nación, 2019). Estos problemas
estructurales se manifiestan en indicadores económicos desalentadores, t ales como tasas de
desempleo superiores al 11%, tasas de ocupación cercanas al 50% y una baja participación laboral
(cercana al 60%), así como un nivel de informalidad superior al 46% para la población ocupada
(INEC, 2019).
Detrás de esta dualidad en el mercado laboral, donde un pequeño grupo tiene acceso a
empleos formales de calidad mientras la mayoría enfrenta empleos de baja calidad, se halla una
considerable disparidad educativa: en promedio, la población en edad de trabajar apenas reporta 8
años de escolaridad, 70% no concluyó secundaria y apenas 11% cuenta con estudios universitarios
(INEC, 2018). Es de esperar que estas disparidades perpetúen la dualidad observada en el mercado
laboral y que una mayoría de personas se in serte a este mercado sin haber desarrollado las
habilidades básicas para los puestos de trabajo a los que aspira. Este mal emparejamiento entre las
habilidades requeridas por el puesto de trabajo y las poseídas por la persona que ocupa dicho puesto
constituye una ineficiencia adicional en el mercado.
En este artículo se estima el porcentaje de la población ocupada mayor de dieciocho años en
Costa Rica que se encuentra subcalificada y sobrecalificada, en relación con su puesto de trabajo
para el período 2011-2017. El principal resultado es que, efectivamente, existe un considerable
porcentaje de la población ocupada que no se encuentra debidamente empatada con su puesto
de trabajo. Particularmente, el porcentaje de subcalificación es elevado. Se encuentra que los
resultados varían considerablemente según el método de estimación. Utilizando un criterio
normativo, se obtiene un porcentaje de subcalificación de 28,9%, una aparente sobrecalificación
de 13,3% y una sobrecalificación de apena s 0,8%. Asimismo, los resultados muestran que la
subcalificación se encuentra aso ciada a un premio de aproximadamente 30% en el ingreso, mientras
que la aparente sobrecalificación y la sobrecalificación real presentan un castigo que ronda el 35%
y 47,5% del ingreso, respectivamente. Estos resultados perfilan un mercado laboral dominado por
una oferta de mano de obra con baja calificación, sumándose así a la literatura existente que pone
en evidencia las deficiencias del sistema educativo cost arricense (OCDE, 2017; Schleicher, 2017) y
señalan la necesidad de mejorar las política s públicas en torno a la educación, para logra r una mejor
coordinación de las estrategias de de sarrollo.
II. ANTECEDENTES
Existe una vasta literatura sobre los rendimientos de la educación utilizando ecuaciones de
Mincer (véase, por ejemplo, Blau, 1999; Blau y Kahn, 2007; Chevalier, 2011; European Commission,
2005; Montenegro & Patrinos, 2013; Mumford y Smith, 2009) que presenta robustez en los
resultados: en promedio, los rendimientos de la educación oscilan entre 8% y 12%. Las mujeres
tienden a presentar rendimientos más elevados que los hombres, en parte porque se les exige
niveles de productividad más elevados para poder competir, dados los ambientes con presencia de
discriminación. Las economía s menos desarrolladas también presentan rendimientos superiores
que reflejan la escasez de ma no de obra calificada y los rendimientos marginales decrecientes
asociados a la inversión. Asimismo, los rendimientos de la educación primaria y terciaria tienden
a ser superiores a los de la educación secundaria, reflejando las ventajas de la especialización, pues
la educación secundaria es más bien una etapa de transición (Montenegro & Patrinos, 2013). Por
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su parte, la educación técnica vocaciona l exhibe rendimientos individuales y sociales más elevados
que la educación secundaria (Bennell, 1996). Esta, además, produce ar raigos más fuertes hacia el
mercado laboral y permite capacitar a una población que tiene mayores posibilidades de deserción y
menores habilidades para tener éxito en el sistema educativo (Eichhorst, Rodríguez-Plana s, Schmidl
& Zimmermann, 2005).
Si bien lo anterior señala la necesidad de contar con educación técnica y universitaria, sus
rendimientos resultan también sensibles a las posibilidades de empleo existentes, a l depender de
la capacidad de las personas pa ra ocupar los puestos vacantes en el mercado laboral (European
Commission, 2005). Así, es usual encontrar que un porcentaje de la población se encuentre
laborando en puestos de trabajo que no concuerdan con su nivel de capital (emparejamiento
vertical) o con su área de entrenamiento (emparejamiento horizontal) (Boll, Leppin, Rossen &
Wolf, 2016). Algunas personas se ubican en puestos de trabajo que exigen un nivel educativo
superior al que ellas poseen (subcalificación), lo que les obliga a capacitarse en el trabajo o a exhibir
productividades laborales inferiores a quienes sí cuentan con las calificaciones requeridas. En
contraste, quienes no encuentran trabajo podrían aceptar puestos con requerimientos inferiores a
los correspondientes con su nivel educativo (sobrecalificación).
Freeman (1976, citado en Ortiz & Kucel, 2008; Kucel, 2011, Chevalier, & Lindley, 2009) es
quien primero analiza el problema de la sobreeducación universitaria y propone que esta obedece
a una imperfección temporal del mercado laboral: el exceso de ofert a de personas universitarias
generaría una disminución de los retornos de la educación. Esto, a su vez, reduciría el número de
personas graduadas de la universidad, lo que terminaría por reestablecer el equilibrio de mercado.
No obstante, los retornos a la educación no han disminuido a lo largo del tiempo, en parte por
la creciente demanda por mano de obra calificada y al desarrollo tecnológico (Quintini, 2011),
así como por el creciente requerimiento de habilidades para un mismo puesto de trabajo, debido
a las tareas má s demandantes asociada s a la ocupación (Gallie & White, 1993, citado en Alpin,
Shackleton, & Walsh, 1998).
La incidencia de la sobreeducación lejos de ser un fenómeno transitorio, tal y como lo
predecía Freeman, parece ser permanente. En el Reino Unido, por ejemplo, se estima que los malos
emparejamientos afectan a alrededor de la mitad de la s personas graduadas de educación técnic a
y universidades (Allen & van der Velden, 2001) y al 38% de la población ocupada (Sutherland,
2012); entre el 15% (Dolton & Silles, 2001) y 30% (Battu, Belfield, & Sloane, 1999) de las personas
graduadas de universidades nunca llega a tener un trabajo que requiera de un título universitario
y encontrarse en un puesto para el cual se tiene una sobrecalificación aumenta la probabilidad de
volver a encontrarse en esta condición en el siguiente trabajo (Dolton & Silles, 2001). Además, la
sobrecalificación se concentra en personas con bajos niveles de habilidades (Groot & van den Brink,
2000). Las tasa s de sobreeducación también varían entre países. En Estados Unidos, las tasas de
sobreeducación para la población con título universitario fluctúan entre 15% y 40%; en Bélgica, son
alrededor del 50% (Kucel, 2011); en Paquistán, 30% (Farooq, 2011); en España, 17% (Alba-Ramírez,
1993); y en Australia, se estima que el 11,5% de la población ocupada se encuentra sobrecalificada
(Mavromaras, McGuinness & Fok, 2009). En general, el promedio de sobreeducación asciende a
23,3% y el de la subeducación, a 14,4% (Groot & van den Brink, 2000), aunque en países como
España o Bélgica, esta última puede superar el 20% (Alba-Ramírez, 1993 y ILO, 2014). En algunos
lugares, tales como Finlandia, la subeducación incluso puede ser un problema más recurrente que
la sobreeducación (Jauhiainen, 2011).
Estos malos emparejamientos introducen ineficiencias en el mercado laboral y a fectan en
mayor medida a las personas sobrecalif icadas (Boll, Leppin, Rossen & Wolf, 2016). Estas tienen
rendimientos de la educación inferiores a sus pares en trabajos empatados con sus habilidades
(Alpin, Shackleton, & Walsh, 1998; Verhaest & Omey, 2006), i.e., en general, ganan menos que
personas con su mismo nivel de calific ación que se encuentra en un trabajo acorde con esta,

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